18 de mayo de 2013

Crítica: El Gran Gatsby, de Baz Luhrmann. Sensibilidad y color, visual y musical.



El Gran Gatsby en 3D, hip-hop en los años veinte… minucias. Para los que odien a este director o lo amen, la adaptación de El Gran Gatsby es fiel, Leonardo DiCaprio comprende su esencia, la atmósfera de abundancia y lujos estrafalarios está captada a la perfección, y la historia trágica de Daisy y Gatsby es abrumadora. Una buena película.


No sé si fue por la cantidad de críticas negativas que leí, pero yo salí con una sonrisa. El Gran Gatsby es uno de esos libros que todo el mundo debería leer, yo lo tenía reciente y lo fiel que ha sido Luhrmann a la hora de pasarlo a esa histriónica Nueva York de los años veinte me sorprendió muy gratamente.

Es comprensible que Luhrmann no guste a todos, pero para eso no soy nada objetiva, adoro Moulin Rouge. Y me ha encantado que mantenga esa estructura a la hora de narrar esta historia, completamente diferente, además. Porque la película comienza con Jim Carraway totalmente deshecho, en manos de un psicólogo que le recomienda que escriba sus traumas. Comienza y se abre el plano con él en una ventana llena de nubes para pasar a un colorido Nueva York, y en ese momento vi a un Ewan McGregor bajándose del tren en París. Personalmente, me gusta que los directores tenga un estilo tan claro y se diferencien.


El hilo argumental, al comienzo, da saltos, mostrándonos cómo Jim Carraway se instala ese verano en Long Island mezclado con el Jim Carraway del presente y su psicólogo. Pero en cuanto va a visitar a su prima Daisy, la trama se acelera –no sé cómo alguien puede considerarla lenta o aburrida–, realmente mantiene el esquema del libro.

Destaco la primera juerga en Nueva York con un Buchanan de un más que convincente Joel Edgerton (The Warrior), al que en la versión doblada no termina de encajarle la voz . En esta fiesta Jim se emborracha, y en el libro es un momento de confusión donde los instantes van más lentos para luego acelerarse, muy bien descrito. En la película es igual o mejor, la escena se distorsiona, difuminándose, se mezclan los colores tan vivos de Myrtle y su hermana, el de las paredes, los sillones… Puedo entender que para el gusto de alguien haya faltado la escena de Jim con el fotógrafo, que completan la estampa sórdida del libro. A mí me es indiferente, aunque no me hubiese extrañado, dada la naturaleza afeminada de Tobey Maguire.


Parece que Leonardo DiCaprio le está cogiendo el gusto a eso de hacer esperar y no aparecer en pantalla hasta pasado media hora de película, igual que en Django. Los que me conocen saben que no soy fan en absoluto de este actor, pero como Gatsby me ha cautivado, y dudo que alguien pudiera hacerlo mejor. Porque ese equilibrio entre señorito adinerado y pobre loco traumatizado es cuanto menos difícil, y me alegra que Leonardo esté dando matices a su interpretación y siga alimentando la vena psicópata y desquiciada.



Tras este inciso, las fiestas y el mismísimo Gatsby llegan hasta un Jim abrumado por tanto lujo y descontrol. Desde aquí me dirijo a todas esas personas que acusan al director y al propio Leo de haber sacado lo más frívolo y fútil cuando en la obra de Fitzgerald se denuncia la superficialidad de esa sociedad descarada; amigos, no os habéis enterado de nada. Gatsby, en esta obra, se muere por encajar y pertenecer a esa sociedad, a ese pequeño grupo de jóvenes de buena familia que se gastan su fortuna en fiestas, chicas, juego… Pero Gatsby no lo denuncia, quiere formar parte. Y ahí está el peso y la contundencia de la denuncia de Fitzgerald, lo que puede hacer un ser humano por conseguir formar parte de un grupo de gente superficial que, como dicen en la película, “no dejan nada detrás”. En el libro, y en la película, el único que recela de este ambiente es Jim, pero no olvidemos que él pertenece a una familia acomodada. La crítica no ha de partir de Leo interpretando a Gatsby, ni tampoco es obligación del director. Es en la representación de toda esa trivialidad y sus fatales resultados donde está la crítica, todo contado a través de las palabras de Carraway. 



Con lo cual, dejando esto claro, el Gatsby de DiCaprio es sublime. Es así. He recordado páginas, gestos… Cómo le cambia la cara de feliz y complaciente a grave cuando habla por teléfono para tratar esos asuntos turbios, o como pierde la compostura cada vez que está cerca de Daisy. Y no se puede hablar de Gatsby sin mencionar a Daisy, Carey Mulligan, que hace de lánguida inconformista maravillosamente. Desde la perspectiva del lenguaje corporal, esa primera escena en que las mujeres están con las ventanas abiertas porque les divierte el movimiento de las cortinas… es perfecta.



La relación de Daisy y Gatsby es intachable con esa estupenda canción de Lana del Rey. Sin hablar del final, el fatal desenlace no puede estar mejor filmado. Cómo Gatsby se va desmoronando hasta el punto de casi pegar a Buchanan. El desarrollo del personaje, su evolución, la vemos escena a escena, desde que Jim accede a citarse con Daisy para tomar el té, escenario en el que me alegra que hayan mantenido la comedia. Los nervios de Gatsby y, en definitiva, como le descoloca siempre Daisy, le da mucha fuerza.


La banda sonora, tan esperada como criticada, me ha encantado. No olvidemos que es una adaptación. ¿Por qué tiene que haber música de los años veinte? La atmósfera ya está creada, el resto son toques precisos y admirables del director, de su estilo. Que, como ya ocurrió con Moulin Rouge y la misma Romeo + Julieta, mezcla esa ambientación con música moderna. El cóctel es muy bueno y consolida esas fiestas tan hilarantes y desmesuradas.


La recomiendo incansablemente, pero antes leeros el libro. Me gustaría saber la opinión de alguien que haya visto la película sin más influencia que su propio juicio. La lectura será distinta, claro. Sin embargo, la última toma, con esas palabras subrayadas en el libro, que me ha encantado que rescatara y las pusiera en boca de Tobey Maguire, te deja con la misma sensación que cerrar la obra de Fitzgerald. Amando a un gran Gatsby que lo dio todo por recuperar al amor de su vida y encajar de una vez por todas.

“Gatsby creía en la luz verde, el futuro orgiástico que año tras año retrocede ante nosotros. Se nos escapa ahora, pero no importa, mañana correremos más, alargaremos más los brazos y llegarán más lejos… Y una buena mañana…
Así seguimos, golpeándonos, barcas contracorriente, devueltos sin cesar al pasado”.



¡Juzga por ti mismo!

1 comentario:

  1. A mí también me gustó mucho la película. Suscribo todo lo que has dicho en la crítica.

    Me parece que todos aquellos a los que no les ha gustado la película no han sabido valorar cada aspecto de forma independiente (lo curioso es que normalmente lo negativo viene porque le tienen manía al director).
    Y luego también hay mucha gente a la que el libro no le ha gustado todo lo que dicen que te tiene que gustar. Bueno, realmente el libro tampoco es obligatorio que te guste, ni tienes por qué entenderlo, pero dejando eso al margen, la película, como adaptación y desde mi punto de vista, no tiene peros.

    ResponderEliminar

Copyright © 2014 No me gustan los números