29 de enero de 2014

Crítica: Her, de Spike Jonze. Amor de ciencia ficción.

Her, ella, una voz, un sistema operativo y cómo un ser humano acaba enamorado. En contra de lo que pueda parecer, está llena de conceptos para todo buen amante de la ciencia ficción y para el que no, también.


«Es una de las mejores pelis de ciencia ficción sin tener coches voladores», amén a esta afirmación. La ciencia ficción no son pistolas láser, marcianitos y grandes ciudades con luces de neón y coches voladores. Son conceptos, ideas e implicaciones de un futuro quizá posible. Como bien nos ha enseñado Black Mirror, o cualquier relato de Asimov, por citar dos ejemplos bien conocidos. Her sigue esa línea, la línea de un futuro cercano, donde un escritor escribe cartas personales por encargo, que parecen escritas a mano con un programa de ordenador y solo a vuela pluma, o dictando, o… ¿cómo lo llamaban en 1984? Un concepto manido, pero con mucha ironía. Un escritor profesional, aparentemente ajeno a tu vida, escribe la carta que vas a mandar a tu mujer, a tu novia, a tu abuela… Cartas llenas de sentimientos y emociones, que embargan a todo aquel que las lee, ganándose los halagos y admiraciones de cualquiera. Cartas que luego vas a mandar como tuyas. Qué idea más absurda, ¿verdad? Bueno, es algo parecido a las tarjetas que tenemos hoy en día, solo que más evolucionadas y, sobre todo, personalizadas.

Joaquin Phoenix se merece una nominación al Oscar por este papel. Por los planos tan cortos y todas sus muecas, por una película hecha sin gestos corporales, solo con la fuerza de sus expresiones faciales y su voz. Él encarna a Theodore, un hombre que está a punto de divorciarse, con una separación que aún no ha superado. La primera escena con él sufriendo insomnio y conectándose a un chat sólo con un pinganillo se me va a quedar grabada. Si ahora nos mandamos mails o chateamos por escrito, Spike Jonze nos enseña un mundo donde no escribiremos ni a mano ni a ordenador, todo funciona con nuestra voz, y el chat de una web de citas por supuesto que también. Que es como hablar por teléfono, pero estando conectado y conservando tu anonimato. El caso es que mantiene una conversación erótica con una chica, «Gatita Sexy» o algo así, y, para chasco, descubre en el momento álgido que a ella le pone que la estrangulen con un gato muerto. Por supuesto, cuando ha terminado, Gatita Sexy se marcha casi sin decir adiós. En fin os he dicho que no se me iba a olvidar, ni la escena ni la cara de estupefacción de Joaquin tampoco.

En pocos fotogramas nos cuenta que su vida es un desastre, va como alma en pena, escuchando canciones melancólicas seleccionadas aleatoriamente por su auricular, y de repente descubre un novedoso producto, el sistema operativo (SO) de inteligencia artificial, un programa que te escucha, te entiende y que es capaz de analizar por tu voz, y todos tus datos del ordenador, cómo te encuentras y darte conversación. Un programa que te acaba conociendo, y que evoluciona aprendiendo del mundo con cada nanosegundo que transcurre. El protagonista ve una salida a su melancólica soledad, y enseguida lo instala. Aparece Samantha, la voz de la sensual Scarlett Johansson, que nos demuestra lo bien que la modula y que hace obligatorio verla en versión original. A partir de ahí es un viaje hacia una serie de conceptos que pueden no ser nuevos, pero sí interesantes en la forma de plantearlos de Spike.

Necesito ver la película otra vez para empaparme bien del asunto. Supongo que el más evidente es el hecho de que un ordenador pueda desarrollar sentimientos. Aquí, Samantha los tiene, aprende a tenerlos por su elevada capacidad empática y por su estudio de los humanos, ella supone que está programada así, pero luego ve que no, que posee su propia autonomía a la hora de sentir celos, alegría, etc. Esto es sólo la superficie. Me ha encantado el debate interno de Samantha por tener un cuerpo, hasta el punto de ponerse en contacto con una chica que quiere participar en su relación porque «es bonita», sirviendo como envase de Samantha, dispuesta a acostarse con Theodore. Y cómo la chica se siente mal cuando él la rechaza, porque ella sólo quería sentir todos los sentimientos… En fin, era como una fan de las relaciones entre persona y máquina.

También es muy interesante cómo la lleva consigo y la presenta a sus amigos, les pone un pinganillo para que la oigan y él lleva la especie de móvil, que es una cámara, para que ella vea todo, el parque, la playa… Y, lo más interesante, cómo sus amigos y el resto de la sociedad aceptan como algo normal que una persona mantenga una relación con un SO.

Conceptualmente es muy interesante y muy completa. Pero me ha encantado especialmente la atmosfera, el ambiente, el estilo. Han recreado una ciudad retrofuturista, con colores pastel y ropa con aires de los setenta, un contraste muy fuerte con los habituales futuros blanco Neutrex o neón Blade Runner. Es genial, ese filtro en la cámara, los edificios altos, el metro… Y sin necesidad de introducir nada más típico y huyendo de la atmósfera artificial y fría de Black Mirror. Hay que destacar con atención cómo consiguen crear un mundo de ciencia ficción sin necesidad de abusar de escenarios futuristas, ni grandilocuentes vehículos hiperespaciales. Con mucho estilo y mucha clase consiguen plasmar el futuro a través de la casa, el trabajo, algunos edificios y poco más. Realmente parece un futuro muy posible, y lo parece porque es un futuro muy completo, rico en detalles, y no solo centrado en una idea general, como puede ocurrir en otras ocasiones.

En fin, todo lo que pueda decir de la película es poco, no le hace justicia. Me ha encantado y me ha sorprendido, y cómo concluyen los problemas es coherente y genial. Destaco la participación de la vecina, Amy Adams, que parece estar en todas partes esta chica, pero aquí se me hace menos insufrible.

Lo dicho, si os gusta la buena ciencia ficción, esta es obligatoria. Si os da igual la ciencia ficción, también os gustará porque plantea conceptos interesantes pero la historia gira en cómo el ser humano, en este caso el protagonista, los hace frente, cómo reacciona, cómo interactúa. Más que recomendable.


¡Juzga por ti mismo!

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