Mis lecturas del mes... (marzo 2016)

Este mes me ha cundido menos de lo habitual pero estoy muy contenta con mis lecturas...

Terminados

Renaissance, el nuevo ciclo de los mitos. Antología.

Después del certamen y leer y leer relatos lovecraftianos. El compendio de terror cósmico, al final, ha quedado divinamente. 25 relatos divididos en: pasado, presente y futuro, según su ambientación. Aportando una idea distinta, a veces más moderna, del universo de Lovecraft.

Una antología que evidentemente recomiendo.

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El misterio de Salem's Lot, de Stephen King.

Después de dejarlo, retomarlo e intercalarlo, me he terminado El misterio de Salem's Lot. Y, oye, aunque le sobren unas doscientas páginas introductorias es un muy buen libro de vampiros.

Yo soy fácil, en seguida me envuelve la atmósfera, así que este libro me dio miedo. Y he tardado también más en leérmelo porque por las noches "no podía" hacerlo. Quedando relegado a amenizar mis viajes en transporte público. Pero el simple hecho de que dé puto miedo un vampiro (o muchos) es guay. La atmósfera, es King.

Y todo ello a pesar de tener entre mis manos una edición antigua y traducida fatalmente. Pues aun así no ha desmerecido la historia, sobre todo el desenlace. Las últimas doscientas páginas son de lo mejorcito. Ya ampliaré en una reseña completita.

Los métodos de Moris Klaw, de Sax Rohmer.

Ha sido curioso y un placer conocer al detective de lo onírico Moris Klaw. El libro, con diez relatos, son diez casos de habitación cerrada. Casos misteriosos, aparentemente sobrenaturales, que luego no son tales. La fuerza reside en el señor Moris Klaw, que no sabemos muy bien su procedencia, ni por qué es clarividente, y para qué sirve el perfume que se echa constantemente. Y es que este señor, además de ser muy listo, es capaz de resolver y "leer" lo que ha ocurrido en la misteriosa estancia de turno, echándose a dormir, porque los objetos tienen memoria y él es capaz de interpretarla. En fin... a veces resulta holmesiano, pero Moris Klaw tiene una personalidad peculiar que te hace seguir y seguir leyendo.

Cabeza y hombros (Tres cuentos románticos), de Francis Scott Fitzgerald

Cuando no sepas qué leer, refúgiate en un clásico. Este mes tuve una noche de esas y aproveché para leerme el segundo cuento romántico de este volumen. Un relato corto que rezuma inteligencia, sarcasmo y dobles sentidos, un relato cómico-romántico, que era justo lo que necesitaba para alejarme del terror.

Puede que os lo vaya a destripar ahora mismo, así que avisados estáis de que tenéis que leerlo. Este relato en cuestión va de un joven, prácticamente superdotado, que a sus dieciocho años ya es casi licenciado y enfoca su carrera a la filosofía y a la intelectualidad. Eso es, claro, hasta que conoce a la chica, una bailarina que le enseña a vivir. Qué tópico, diréis. Los diálogos y las situaciones están copadas de ingenio, estamos hablando de Fitzgerald, qué gusto y qué estilo tenía este hombre escribiendo, y tienen un punto cómico, que aprecias y explota en la ironía desbordante del desenlace, del final. Es genial, y se lee en media hora. Recomendadísimo. El tercer cuento que me queda me lo reservaré para una noche de hastío.

Por terminar

Ronin, de Francisco Narla

No es que haya avanzado mucho, pero resulta que en lo que llevo hasta la fecha se ha puesto interesante la parte española. Además muy tontamente. Cuando todo era calma y una narración relajada, empieza un capítulo con el malo de turno masturbándose en el establo, que ya así puesto suena raro y chocante, pues igual resulta leerlo. Además que se toma su tiempo y sus descripciones, en una escena para nada agradable. No contento con descolocarnos con un acto sexual, del que no nos había dado pistas hasta la fecha que fuera a meter, en el siguiente capítulo (ya os he dicho que son cortos), comienza con otro acto sexual, y que ya sean dos seguidos cuando en doscientas y pico páginas no había metido ninguno es... raro. Además el primero, todavía, porque hay una consecuencia clara, pero el segundo es fácilmente sustituible y borrable. Seguiré informando.