Crítica: El lado bueno de las cosas, de David O.Russell. Gran adaptación
El éxito que está cosechando esta
cinta no es azaroso. Robert De Niro y una gran Jennifer Lawrence copan la
pantalla, si lo unimos con un correcto Bradley Cooper, unos secundarios muy
bien escogidos y una historia poco convencional, el resultado son premios y más
premios.
Muchos sabréis que el libro no me gustó, el personaje es original pero, para mi gusto, Matthew Quick se perdió
en su propia idea. Lo que ha hecho, sin embargo, David O. Russell, es mejorarlo,
mejorarlo y perfeccionarlo. Aumentando los diálogos, con una carga dramática
adecuada y disminuyendo el peso que tiene en el libro los Eagles y el fútbol americano.
Me centro en la película. Bradley
interpreta a un treintañero que acaba de salir de un psiquiátrico en el que
llevaba ingresado ocho meses. Me ha encantado que desde el primer fotograma
haya incorporado el tono de comedia de “su amigo negro Danny”, un perfecto
Chris Tucker, tengo que añadir. La relación que tiene Pat con su padre tiene
relevancia desde el principio, muchísimo más que en el libro y muchísimo mejor
desarrollada. Algo que es de agradecer porque nos permite ver un Robert De Niro
admirable.
Pat está obsesionado con
recuperar a su mujer Nikki. David O. Russell ha decidido dejarnos claro el
motivo por el que le encerraron y por el que posee una orden de alejamiento durante la
primera parte de la cinta, con lo cual el espectador tiene todos los datos del
personaje y sólo le queda disfrutar. No olvidemos que es una comedia. Nos encontramos situaciones absurdas y diálogos que no serían adecuados si
nos atenemos a cualquier norma protocolaria, como la conversación que tienen
Tiffany (Jennifer Lawrence) y Pat durante la cena comparando los diferentes
medicamentos que han probado.
La trama mantiene un ritmo
correcto, es obvio que los personajes te van conquistando. Para mi gusto, David
O. Russell ha equilibrado el dramatismo y el romanticismo, bastante complicado
de por sí. Hasta llegar a un desenlace que la crítica ha criticado, valga la
redundancia, pero que a mí no me ha podido parecer más adecuado. El libro se llama Un
final feliz. Le han tachado de caer en un final romanticón, pero es que, oigan,
realmente acaban juntos los personajes, la historia es así. Y sales del cine
sonriendo, porque para ver miserias nos basta con mirar alrededor. Me crispa que, porque los protagonistas se besen al final, no sean capaces de apreciar la
historia en sí misma, porque David O. Russell no ha hecho sino mejorarla.
Los personajes son deslumbrantes.
Jenniffer Lawrence no deja de demostrar su gran talento, en un papel complicado
como es el de Tiffany. Manifiesta por qué la eligieron a ella en vez de a una
chica mayor, que hubiera sido lo suyo. Espero que mantenga el buen gusto en
elegir los guiones. No puedo desmerecer a Bradley Cooper, pero es que este
chico no me lo puedo tomar en serio. Admito que su actuación es más que
correcta, sin embargo está tan bien rodeado que le eclipsan.
Dejando a un lado su calidad
interpretativa sus roles son lo opuesto a estereotipos. Colmado de matices, dejan lo simple debajo del colchón para deleitarnos y enriquecer la historia.
Ha sido curioso ver bailar a Bradley Cooper y a la señorita Lawrence.
Tengo que añadir que prefiero
como se resuelve la trama de Nikki en la película y no el dramatismo
desmesurado del libro. Puede ser poco coherente que un tipo inestable y bipolar
no se enfade con la persona que le ha estado engañando, pero soy una
romántica, prefiero ver eso.
Recomiendo encarecidamente esta película
y no solo por Jennifer Lawrence. Es una buena película y una buena comedia.
¡Juzga por ti mismo!
Tengo muchas ganas de ver esta peli, a ver cuándo puedo ir al cine! :)
ResponderEliminarGracias por darnos tu opinión ^^
Espero que te gusté, ya me dirás que te parece. Desde luego merece la pena ir al cine para verla ;D
ResponderEliminarUn beso!