Personajes Vs Historias
Siempre he leído y he asociado que las mujeres trabajamos
más los personajes, y los hombres la trama, las historias. Pero, ¿cómo
conseguimos un punto medio? ¿Es imposible?
- Ken Follet y Victor Hugo, hombres con personajes de peso
Puedo decir, con total seguridad, que estos dos hombres
saben transmitir a la perfección las penurias que pasan sus personajes. Son las
excepciones más claras a esta regla. Lejos de alabarles y pasar a otra cosa,
como pega, hay que destacar que ambos, con Los miserables y Los pilares, tratan
el mismo género: lo que le ocurrió a un grupo considerable de personajes en un
periodo histórico de varios años en una ciudad determinada. Con lo cual, ahí,
les podemos quitar el altar. Porque cuando es algo histórico, que quien más
quien menos ya se traía la base de casa, es más fácil profundizar en los
personajes, porque es el fin mismo de la trama. Aún así no seré yo quien
desmerezca el talento de estos dos hombres.
- Un género para las historias y otro género para los personajes
En la ciencia ficción o en la épica es difícil encontrar
personajes bien definidos, la mayoría, lo común es que el autor dé detalles muy
concretos para que tú te hagas una idea de cómo es el personaje y proseguir con
la historia, que es lo importante. Un ejemplo claro es Juego de Tronos.
Si hay un género estrella para profundizar en los personajes
es ese tan manido por nuestras autoras españolas: las novelas de costumbres,
que rozan lo histórico, con algún pequeño misterio, casi siempre familiar. Ahí
lo que pasa es medio conocido por todos los lectores, una guerra, una situación
social determinada, lo importante es cómo lo vive el personaje. Tiempo entre
costuras, Dime quién soy… ¿Quién compra estas novelas? Mujeres de mediana edad,
que huyen de la fantasía y quieren personajes con pasiones y vidas bellamente
escritas.
Si vende, vende. Y no todas son una patraña, algunas se
salvan, por supuesto. Aunque el género de la novela sea propicio para
profundizar en los personajes, no todas saben hacerlo.
- La primera persona a la que acompañamos a cagar
Escribir en primera persona no está bien visto. Los críticos
e intelectuales lo ven como una pérdida de objetividad. Digamos que, si está en
primera persona, es imposible describir bien el ambiente o la misma historia,
porque sólo sabemos cómo lo ve la protagonista.
Yo no quiero entrar en ese juego. Me gusta leer en primera
persona porque es más fácil la conexión, pero yo no soy la
más indicada para hablar porque suelo odiar a los protagonistas.
¿Qué les pasa a estos seres? Pues bien, yo creo que mi
aversión hacia ellos se debe al tiempo, que suele ser mucho, que pasamos
juntos. Esto se acentúa si está en primera persona. Si pongo esto como base,
imaginaos las náuseas cuando me encuentro con una escritora que detalla paso
por paso lo que hace su protagonista. Que la acompañamos a todos los sitios,
que siente tantas cosas, abarca tantos sentimientos que explota.
En fin… bromas aparte, el mensaje, la conclusión, es que en
primera persona perfecto, guay. Pero, hay que saber hacerlo y filtrar los
acontecimientos que son importantes para el lector, y mucho más los que son
importantes y relevantes de alguna manera para la historia. He ahí la magia del que sabe
escribir.
- Si confluyen, ¿qué pasa?
¿Qué ocurre cuando nos encontramos un libro medianamente
equilibrado? Que rompe la lista de ventas. Un ejemplo que nos ilustre: El
nombre del viento; que sí que transmite a la perfección cómo es Kvothe. En
ocasiones, pasa un poco lo que cuento en el apartado anterior, pero su éxito
radica en esto, es cercano y no por ello deja de describir el paisaje, por
ejemplo.
Sin embargo, conseguir esto es difícil. Sobre todo en este
género: fantasía-épica. Y no digamos en la ciencia ficción, o el resto de
géneros que se relacionan más con la pluma masculina.
- ¿La literatura juvenil es de personajes o de historias?
Pues, lamentablemente, la literatura juvenil yo la considero
de personajes, y además de personajes petardos. Las estanterías de este tipo de
literatura la ocupan, mayoritariamente, ejemplares escritos por mujeres. ¿Y qué
pasa? Pues que tiene una buena idea de fondo, y digo idea, no historia, pero el
libro lo ocupan todos los dramas adolescentes de la protagonista.
Yo me acuerdo cuando era peque que había libros de aventuras,
tipo Los Cinco, en esos libros lo que importaba era la historia, un misterio
que tenían que resolver… Ahora no. Hay ideas buenas, muchas distopías de fondo,
pero la trama central es cómo supera la protagonista los obstáculos que tan
amablemente le pone la autora. Renegar de sus orígenes, enamorarse de un rival, asumir que las cosas no son como se las habían pintado…
Desde aquí, humildemente, imploro que se vuelvan a trabajar
las historias y que se traten con sensibilidad los personajes pero sin eclipsar
el argumento. A mejorar nuestros
escritos y nuestras lecturas.
¡Disfrutad!
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