Reseña: El gran Gatsby, de Fitzgerald. La mejor novela americana del SXX.
“El mejor libro de un americano”,
así catalogaba el propio Fitzgerald esta obra tan brillante como obligatoria
del pasado siglo. Puedo confirmar que no era un alarde, es la verdad.
No tengo una lista explícita con
obras que tengo que leer antes de morir, pero, si la tuviera, este título
formaría parte de ella y ya podría tacharlo. Quería leerlo antes de que
estrenaran la película y empezara a leer críticas que me condicionaran de una
forma o de otra.
Para mí Fitzgerald, era una figura
difusa en la historia de la literatura global. Lamentablemente conocía más su
incondicional amor por Zelda que su obra en sí. Ahora, después de leer El gran
Gatsby ,entiendo todo el reconocimiento que le procesan muchos y me uno al séquito de admiradores.
Porque si me ha llamado algo la
atención es su capacidad de transformar algo trivial, incluso vulgar, como es un triángulo
amoroso, en una maravilla, convertirlo en trascendente. Y se debe, ni más ni
menos, a la forma en que está contado. Pone de manifiesto un dominio absoluto
del lenguaje, es natural, es sarcástico, es inteligente… insisto, hace extremadamente
bello algo corriente.
Para los que no tengan ni idea de
qué va la historia, Carraway, el narrador, es un hombre de clase media que nos
muestra cómo es el mundo en los felices años veinte para un grupo de jóvenes
ricos de las afueras de Nueva York. Carraway acaba de mudarse a una pequeña
casa que está situada, ni más ni menos, al lado de la mansión Gatsby, donde día sí día también se celebran fiestas, y es un continuo ir y venir de gente.
Desde el principio deja patente las
dos clases completamente distintas, la del narrador y la de la gente con la que
se rodea. Fitzgerald lo expone en las primeras páginas cuando Carraway va a
cenar a casa de su prima Daisy y su marido Tom. Yo lo he interpretado como una
lucha continua por sentirse aceptado en ese universo frívolo que tan bien nos
pinta.
Fiestas, amantes, el misterio de
Gatsby… un mundo superficial y lleno de color que ya se encarga de romper
Fitzgerald en el desenlace. Y es que, obviamente, si por algo es conocido el
autor, es por sus críticas a la sociedad donde le tocó vivir. Y esta novela es
una muestra de ello.
Los personajes son absolutamente
interesantes. Desde Carraway, que al principio nos dice que no va a juzgar a
Gatsby para luego acabar dando su punto de vista, hasta la tierna y caprichosa
Daisy. Ha sabido transmitir los caprichos de los
ricos y la frustración de los no tan ricos, pero sus personajes gozan de muchos
matices, tanto los protagonistas como los secundarios. Nos los presenta
superficialmente para luego ser capaz de ahondar en ellos con dos frases.
Seré poco original, pero me quedo
con Gatsby, preso de su propio amor. Qué puedo decir, me encantan los personajes
abocados al desastre, al principio tan fríos para luego acabar siendo los más
humanos de todos. Y, aunque comprendo que sea muy odiada, me solidarizo con
Daisy, que realmente también es presa ,a su modo, de lo que le ha tocado vivir.
Caprichosa, sí, pero si puede conseguir todo, ¿cómo va a ser?
Me siento torpe juzgando esta
obra, así que me voy a limitar a recomendarla. Es un libro corto, que te
envuelve en esa atmósfera tan festiva como trágica. Hay que comprobar su
maestría para reconocerla.
¡Juzga por ti mismo!
¡¡QUÉ GANAS DE LEERLO, MADRE DE DIOS!! :D Tienes razón, es de esos súper clásicos que debes leer sí o sí.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar"Espero que sea tonta. Es lo mejor en este mundo para una chica es ser guapa y tonta"
ResponderEliminarMi madre se lo ha pedido hace poco en Circulo y la verdad es que quiero leerlo, no sé cuando porque tengo muchísimos pendientes pero lo haré seguro. Besos.
ResponderEliminarPor enésima vez te lo recomiendo :P Lejos de lo que pueda parecer se lee muy fácil y es muy cortito. Así que no tienes excusas.
EliminarUn beso!