Reseña: Anna vestida de sangre, de Kendare Blake. Entre fantasmas anda el juego.
Un cazafantasmas cazado. Acción y
una narración ágil que te envuelven en una espiral de intrepidez hasta que
llegas a la última página.
Si hay algo realmente destacable
de este libro es el ritmo. Es fluido y trepidante sin perjudicar descripciones
ni ambientación. Se lee rapidísimo. Para quien no sepa de qué va la película,
se resume fácilmente en una frase: Cas, el protagonista, se dedica a matar fantasmas
violentos. Ni más ni menos. La trama viene cuando se muda con su madre a un
pueblo de Canadá para acabar con un fantasma que no es precisamente lo que se
esperaba, y al que luego deberá la vida.
No os lo voy a negar, es un libro
juvenil. En este caso no tiene una protagonista petarda. El que nos lo cuenta
en primera persona del presente es Cas, un chico. Pero aunque no vemos
descripciones absurdas de sentimientos emergentes, no deja de ser juvenil, algo
que no es peyorativo en absoluto.
Tiene un lenguaje sencillo y
situaciones absolutamente normales como el primer día en un instituto. Sin
embargo, he echado de menos, y por eso no le doy cinco estrellas, una
ambientación más siniestra. Estamos hablando de muertos, de fantasmas violentos
que se han quedado en nuestro plano y se dedican a matar gente. Eso es
siniestro, ¿no? Para mi gusto ha dejado demasiado de lado el miedo, el suspense
del más allá, contándolo de forma demasiado natural. Digamos que es como si en
la primera temporada de American Horror Story trataran a los fantasmas con sorna e
ironía. No soy aficionada a los libros de terror, pero aquí sí que me ha
faltado un vuelco en el estómago, y eso que un fantasma parte por la mitad a alguien de
noche en una casa abandonada, pero no da miedo. Se limita a la mera adrenalina
de estar en peligro.
Ese es el único punto negativo, porque las escenas de acción me han gustado. En alguna he maldecido a la autora
por desmayar al protagonista, recurso demasiado manido y del que es experta
Cassandra Clare. Pero en general, están bien narradas y plenamente
comprensibles, no hay batiburrillos de brazos, piernas y cuchillos.
La trama, ya lo he dicho, es
fluida en todas sus páginas. No hay altibajos. La información se va
descubriendo poco a poco, a la vez que el protagonista. El esquema que sigue es
corriente: problema, se descubre que el problema no era ese, páginas de desconcierto,
aparece el problema real, luchan con él pero no pueden vencerlo sin un plan, urden
un plan, lucha final. Una distribución de la trama estándar pero lograda.
Los personajes también me han
gustado, no es una maravilla en cuanto a originalidad, pero enseguida te haces
un esquema mental de cómo son y mantienen la coherencia en todas sus páginas.
Algo para mí muy importante y meritorio. Cas se hace demasiado “dejadme, quiero
estar solo”, pero luego acepta que necesita ayuda de amigos que hasta ahora no
había tenido. Thomas, lamentablemente, es el típico amigo del héroe. La chica,
Carmel, se aleja un poco del estereotipo de chica guapa y popular, como
secundaria es aceptable. Pero si tengo que elegir a alguien me quedo con el
fantasma, con Anna, está descrito a la perfección ese cambio de violenta a niña
buena. Las conversaciones que mantiene con Cas no son tan irónicas y reseñables como las pintan por
ahí, pero hay que reconocer que la relación que
mantiene y que crea con Cas es peculiar, y hasta que no terminas el libro no te
das cuenta lo mucho que te ha calado.
¿Lo recomiendo? Sí, lo
recomiendo. Me parecería un libro autoconclusivo más que decente. Qué manía
tienen las autoras de hacer trilogías y sagas interminables. Con el epílogo Cas
deja claras sus intenciones, convertirse en un Orfeo moderno… Yo tengo mis
dudas. Aún así lo recomiendo, leedlo antes de que salga la película y
Stephenie Meyer, como productora, meta sus garras.
¡Juzga por ti mismo!
Si lo ha escrito una señora con una tortuga, he de leerlo.
ResponderEliminarNo, ahora en serio, gracias por la reseña. Es uno de esos típicos libros que leo la sinopsis y no sé si caer. Me lo apunto para este verano.
¡Gracias!