24 de octubre de 2016

Crítica: La chica del tren, de Tate Taylor. Peli de sobremesa.



La chica del tren es una película de Antena 3 con pretensiones. Mucho dramita con conflictos que giran alrededor de la maternidad. 


No esperaba nada en particular de esta película, tenía el libro a la mitad cuando fui a verla y, a los diez minutos de metraje, ya sabía que la adaptación era «libre».

Es indudable que el thriller femenino está de moda. Pero Gillian Flynn con su Perdida, o David Fincher en su adaptación, tenían entre manos una historia real, un suspense real al que ni Paula Hawkins con el libro, ni Tate Taylor con su adaptación, han llegado a acercarse.
Es inevitable comparar, porque intentaron partir del mismo esquema, pero no...

La chica del tren es una TV Movie con actores buenos. En este género los secretos siempre son la base, y cuándo desvelarlos marca el ritmo; pues en esta película, aunque no se hace larga, el clímax no está conseguido. Porque antes se han empeñado en mascarnos todo y hemos visto que «el problema» no es para tanto. Digamos que a la revelación real, al giro de guion, no le dan la importancia que se merece, y se han centrado más en la acción de Antena 3: hombre intentando matar mujer mientras se desenmascara y le cuenta sus motivos, es demasiado malo, no hay posibilidad de ambigüedad.


Y diréis, bueno, una peli de Antena 3 es entretenida. Sí. Esta también. Pero mi decepción viene de la mano del rol femenino. Esta película está protagonizada por una mujer, Emily Blunt, y dos secundarias que tienen bastante relevancia: Haley Bennett y Rebecca Ferguson. Pues, obviando que tengan que hacer de desquiciadas, me alegré de que fueran tres mujeres hasta que en el último tercio ya no te queda ninguna duda de que las motivaciones de las tres tienen que ver con la maternidad.


Como si no pudieran tener ambiciones laborales, o problemas de otras índoles. Aquí no, todo gira en torno a ser madre.


Además de los problemas, de la trama en sí, a la película le falta fluidez en la exposición. Los saltos no permiten profundizar en los personajes y, por ejemplo, de Megan, que es la más compleja, nos han mostrado solo la superficie, dando a toda la cinta un aire frívolo y estándar cuando realmente nos querían contar una historia de personajes trastornados.

Emily Blunt llora muy bien y, entre tanta mediocridad, sus apariciones revalorizan la película. 


La doble de Jennifer Lawrence, Haley Bennett, se merece una mención a parte. Soy desconfiada, qué queréis que os diga, y pienso que hace de Megan porque su parecido, su look, los planos, todo nos recuerda a Lawrence. ¿Que es una baza que quería aprovechar la productora? Pues estoy en contra, porque Haley Bennett transmite bastante, y ya era actriz antes de Lawrence, no hacía falta acentuar el parecido. 


Luke Evans, por otra parte, es el objeto de deseo del film, un rol que no debería existir, generador de suspiros, escenas sin camiseta gratuitas, primer plano de su uve... Scott, su personaje, también es más complejo que el que han creado para Evans.


Y Justin Theroux, Tom, es el mayor acierto de casting.

Si me preguntas si merece la pena gastarse 2,90 en la fiesta del cine por ir a verla… Pues bueno, no te esperes el thriller de la historia, pero puede disfrutarse y sorprenderte con el giro de guion. Es una peli cómoda de ver, palomitera de sofá y manta. 

Eso sí, como adaptación... Libre y perjudicial para la historia original.

¡Juzga por ti mismo!

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