27 de junio de 2013

10 rasgos para convertir en antihéroe a tu personaje



1. Pérdida de un miembro familiar importante.
Ya sea por muerte o separación, nuestro protagonista, si quiere ser un buen antihéroe, tiene que "llorar" su pérdida. No hace falta que sea literalmente. Si es por muerte buscará algún tipo de venganza. Si es por separación intentará solucionarlo.

Lo que es aplicable a ambas es que le embargará un gran sentimiento de culpa, porque pensará que podía haberlo evitado. Y ahora le faltarán las fuerzas, y sobre todo las ganas, para sobreponerse.

2. Conductas sociópatas. Aislamiento, timidez...
Nuestro personaje no se tiene que sentir en absoluto cómodo rodeado de gente. Si lo está apenas hablará. Sus compañeros se distanciarán de él, y sólo conversarán cuando sea realmente importante hacerlo. Sin embargo, con las pocas personas a las que no les repela su conducta, será cordial, bueno y protector.


3. Afición a las palabrotas o palabras malsonantes.
Habla poco pero acompaña todas sus frases con "puta/o, jodida/o, hostia"... Son efectos secundarios de estar enfadado y de mal humor todo el tiempo. 

4. Fumador y en ocasiones bebedor empedernido.
Ya que no estima mucho su existencia y se infravalora, suele emborracharse, aunque tiene un gran aguante, y lleva siempre un piti entre los dedos, para relajarse.

5. Tener un problema con el cumplimiento de las órdenes, profesional o constitucional.
Él se rige por su propio código, justo y moral. Con lo cual lleva muy mal que le impongan algo en el trabajo, la policía o cualquier cuerpo oficial del Estado, ya que está absolutamente en contra de la corrupción, los favores y los contactos.

6. Aspecto descuidado. Físico y textil.
Al no tenerse en gran estima descuida su aspecto y su forma de vestir. Barba, despeinado... Camisas arrugadas, sin seguir ningún tipo de moda.

7. Poseer un gran honor por la causa que él considere justa.
Aunque sea "anti", tiene espíritu de héroe. Y siempre va a intentar proteger al débil y al necesitado. Aunque su propio humor a veces se lo impida, puede desarrollar gran empatía.

8. Ser duro, impulsivo y violento.
Este personaje es duro y no le importa en absoluto recurrir a la violencia, de hecho lo busca, porque es una forma de expresarse más gráfica, directa y justa, según su punto de vista. Está curtido en las peleas y tiene un gran aguante.
Interiormente le gusta recibir golpes de los que se cree merecedor. Es impulsivo a la hora de hablar y sobre todo de discutir, donde la cordialidad brillará por su ausencia si pierde la paciencia y se enfada.

9. Permanente gesto taciturno y enfadado.
Los traumas y las desavenencias a los que está acostumbrado le provocan estar siempre a la defensiva, con el ceño fruncido y los brazos cruzados. Aunque tiene mucho temple debe controlar su genio, con lo cual estará en tensión y con expresión exasperada.

10. En el fondo ser un romántico.
Debajo de esa capa tiene un corazón que no entregará a cualquiera. Puede creer que no está hecho para amar a alguien y volvemos al tema de la pérdida, porque se creerá que no puede lograr que dure y permanezca. Por eso no buscará y huirá en la medida de lo posible del amor y de cualquier relación íntima,  que puede suplir con prostitutas. 


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