22 de junio de 2013

Crítica: El hombre de acero. Dark Superman.


Esta película se la jugaba, la primera de DC (salvando el Batman de Nolan) que se enfrentaba a Los Vengadores de Marvel. El Superman de Henry Cavill puede decir: “veni, vidi y vici”.


El Superman de Snyder tiene todos los ingredientes para convertirse en la mejor película de superhéroes. Maticemos, hay que valorar que una película de Superman es difícil, con todos mis respetos, es el héroe tonto americano. Tan querido como odiado. Era muy fácil volver a meter la pata quedándose en lo superficial, volviéndonos a contar lo mismo que ya sabemos. Afortunadamente no ha sido así. Snyder ha conseguido un peso argumental y contarnos una historia muy bien hilada, con muchos guiños. Ha conseguido darle profundidad a Clark Kent, algo meritorio. Ha conseguido que no sea la típica lucha del héroe contra los malos y salvar el mundo. Y todo apoyándose en un fabuloso reparto y una forma de narrarlo muy característica. El resultado es una gran película.

Lo reconozco, era una escéptica, por eso me he llevado tan grata sorpresa. Yo, que defiendo las películas facilonas de superhéroes cuando la gente se mete con Iron Man. Aquí no vamos a encontrar nada del estilo Marvel. Sin embargo, sí que podemos encontrar similitudes con el Batman de Nolan, ¿están creando por fin DC un estilo cinematográfico?

Me daba mucho miedo que no se pusiera el traje hasta el final, que se centraran en su niñez… nada más lejos de la realidad. Hay muchas escenas de acción y lleva mucho tiempo el traje puesto, que no aparezca en el tráiler es para llevarnos la sorpresa. Su infancia ha decidido contárnosla mediante flashbacks, algo de lo que estoy sumamente agradecida, además éstos casi todos los conocíamos porque son los que salen en los tráilers.


El hilo argumentativo es envidiable para una película de este tipo. Comienza en Krypton, presentándonos concisamente por qué se está destruyendo el planeta, su estilo de vida y por qué sus padres biológicos actúan como lo hacen mandándole a la Tierra. Yo pensé: “bueno, ya hemos visto a Russell Crowe”. Pero, no, amigos, Russell Crowe afortunadamente no es como Sean Bean, y Snyder tenía reservado un papel y un recurso especial justificando que vuelva a aparecer.


Tras la destrucción de Krypton, vamos al presente a encontrarnos con un Clark que busca sus raíces, no encuentra su lugar en el mundo, es pescador, camarero… Mientras da saltos contándonos sus rarezas, o más bien sus proezas, como salvador del mundo. Recuerda cómo su padre no quería que saliera a la vista pública… Nos crea una imagen de él, una imagen que no es tan “el héroe perturbado e incomprendido”, sino… más profunda, con más matices.

Si hay algo que rezuma es trascendentalismo. Tanto en las conversaciones que mantiene con su padre adoptivo, Kevin Costner, como con Russell Crowe, todas tiene el mismo mensaje de fondo y explícito que es: el mundo te necesita. A mí me rechinó un poco, sobre todo se me hacen forzados los diálogos que tiene con su padre adoptivo, pero luego es verdad que no han puesto al típico granjero temeroso de Dios. En una escena el Clark joven está leyendo a Platón, filosofía, detalle que nos hace ver que su padre es culto. Y que justifica sus conversaciones existenciales.

Se nota por todos los lados la mano de Zack Snyder. Hay planos que son artísticos, a cámara lenta, muy característicos de él. Sin embargo, hay otros, por ejemplo al principio, que está luchando Russell Crowe con el malo malísimo, un gran Michael Shannon (no muy bien doblado), en donde se emborrona la imagen y no podemos ver bien la coreografía, los golpes… Aunque son los menos. Tiene muy buenos efectos especiales y las escenas de acción en general están bastante logradas (sólo se estampan con edificios mientras destruyen la ciudad, sí, pero muy logradas).


Si hablamos de personajes, primero tenemos que hablar de Superman. Que por cierto sólo se le llama así una vez, otro detalle gracioso. Henry Cavill, saca un Superman humano, sin llegar a estar turbado todo el tiempo. Creo que su principal virtud es la paciencia y su temple. Se aleja del concepto héroe americano. Enfatiza su fe por la humanidad, justificándola, porque sería de tontos no dudar. Explica sus poderes, el porqué, el cómo… Los rayos de los ojos están genial. Y cómo aprende a volar, primero a saltos, que podríamos interpretar como un guiño al primer Superman que tenía “los poderes” de una hormiga y que no volaba, que sólo saltaba. En mi opinión este Superman es el más cercano, el más humano, valga la ironía, y el más profundo. Porque, si por algo se caracteriza, es por ser bueno y no matar nunca, y Snyder supongo que ha querido dejar claro el hilo por donde quieren tirar y marcar las diferencias si tenemos en cuenta la escena final en la estación de tren de Nueva York (perdón, Metrópolis), tan dramática como necesaria.

El resto del reparto es un privilegio verlos. Si distinguimos por buenos, Russell Crowe no tiene nada que envidiar a Henry Cavill, también le queda el traje divinamente después de haber perdido el triponcio que lucía en El hombre de los puños de hierro. Interpreta a un padre científico y es a través de su voz como se asientan las bases argumentales más importantes. Porque esta película no deja ningún cabo suelto, como puede pasar en Iron Man (las comparaciones son odiosas), todo está perfectamente hilado y justificado. Algo que agradezco profundamente, ya que le da ese toque de seriedad que algunos echaban de menos en el universo Marvel.

Si hay un papel que me llama la atención es el de la mala Faora-Ul (Antje Traue), que se lo digan al pobre coronel Hardy (un convincente Christopher Meloni). Tengo que destacar que el motivo de los malos no es gratuito y puede ser hasta comprensible (de hecho lo es), porque es su naturaleza y buscan un fin más que válido.


La pega, como siempre, es la petarda de la chica y su extraño romance. Me ha extrañado que Amy Adams (Lois Lane) no se pusiese a cantar. Bromas aparte, su historia de amor es lo menos creíble de la película. Pero eso lo acepto, lo que no acepto es que se le dé tanto protagonismo y privilegios a una “vulgar” periodista. La culpa es de su jefe, Laurence Fishburne, que la tiene consentida.


Me alargo… Obviamente la recomiendo encarecidamente. A todo esto hay que añadirle la siempre estupenda banda sonora de Hans Zimmer, que en esta película en concreto acompaña insuperablemente bien. También os animo a que os fijéis, es una peli de detalles, ¿alguien se ha dado cuenta del camión de gasolina u otro fluido propiedad de LexCorp? O del nombre que hay sobre este edificio:


Al final hay guiños de humor, unos innecesarios (una capitana del ejército diciendo “Es que está buenísimo”, aunque a ella querían darle importancia por otro motivo...) y otros graciosos. Me quedo con la forma de justificar cómo entra a trabajar Clark en el periódico, muy acertada y en absoluto estúpida. En definitiva, estamos ante un Superman que recordaremos positivamente durante mucho tiempo, con todo mi respeto a Chritopher Reeve. 



Lo mejor: La lucha final con Michael Shannon y su desenlace.
Lo peor: Lois Lane.

¡Juzga por ti mismo!

2 comentarios:

  1. A mí personalmente no me llaman mucho este tipo de pelis, y como bien dices, el personaje de súperman está algo trillado. Pero bueno, no estaría mal probar, igual me gusta tanto como El Caballero Oscuro (te la recomiendo si aún no la has visto); parece que vale la pena.
    Saludos!

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    Respuestas
    1. Aunque no te vaya hay pelis que son "obligatorias" :P
      Claro que sí, de hecho menciono varias veces el Batman de Nolan (refiriéndome a la trilogía en general). Ya me contarás si te animas.

      Un beso!

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