26 de julio de 2013

Crítica: Lobezno inmortal, de James Mangold. ¿Y el ninja mutante?

Un intento de profundidad en la trama y la falta de combates épicos dejan a esta segunda película de Lobezno, en solitario, con un simple pasable.


Hay que tener claro qué esperar de esta película, así evitamos decepciones. Personalmente no tenía intención de ver una trama consistente de Lobezno, o un hilo del que se pudiera tirar para los próximos estrenos de Marvel. Es Hugh Jackman, es Lobezno, está tremendamente a gusto encarnándolo y se le nota. Sin embargo, al salir tras ver la película… no lo haces satisfecho. Vas enumerando pequeños detalles y te encuentras con que no te ha gustado tanto la película como esperabas.

Y es que el intento que han hecho para dar profundidad a los traumas de Logan por Jean no se complementan con una “buena historia” de acción. En serio, tenían ninjas, no podía ser tan difícil… Decir que es predecible es quedarse cortísimo. La mala se la ve a la legua, una víbora rusa, Svetlana Khodchenkova, que no tiene ningún fin determinado, sólo dar por saco y poner morritos.

Y así sucesivamente. Logan llega a Japón para despedirse de un antiguo amigo al que salvó. Ya está, para qué esforzarse más. Enseguida crea un vínculo con la nieta de éste a la que jura proteger y así enlaza con sus traumas de “volver a ser un héroe”, todo bastante simple.


Cuidado, no me meto con la simpleza argumentativa, sé lo que he ido a ver. Es una peli de superhéroes. Pero, claro, el listón empieza a estar alto, y qué mínimo si la trama es floja o simplona pues que haya combates épicos y guays. ¡Pues no! Y esto es lo que más me molesta. Los ninjas sólo hacen volteretas y el veterano, Hiroyuki Sanada, no le prestan la atención que se merecen y no tiene una pelea que todos estábamos esperando; y tiene mucho más delito después de haberle visto hacer un combate de kendo en condiciones. Claro, ves eso y piensas: no voy a ver otra cosa, ¡artes marciales chulas! ¡Yuhu! Pero no. El resto son combates  sin gracia, e insisto en que los ninjas están total y absolutamente desaprovechados. ¡Qué decepción y qué pérdida de recursos! Y no hay nada peor que las artes marciales desaprovechadas…


Obviamente, lo mejor de la película es Hugh Jackman. Y su guardaespaldas, Yukio, Rila Fukushima, una poco agraciada pero decente secundaria. La única. Porque si os queda alguna esperanza de un mutante ninja, o que el ninja “protagonista” tenga relevancia… Os equivocáis. Will Yun Lee se pasa la película cambiando de chaqueta. Ahora soy bueno, ahora no, ahora sí, ahora no… Y dando volteretas, por supuesto.

Hay varios momentos graciosos, la lucha encima del tren bala o el “sayonara” de Lobezno en la lucha final. El robot, o armadura, que debería hacer Tony Stark, está bien, aunque le falta significado global, como a toda la película.

Por no hablar de los pocos mutantes que aparecen, que están como metidos por obligación. ¡Qué falta de imaginación!

Sinceramente, no creo que merezca la pena ir a verla al cine. La escena final tras los créditos te deja con muchísimas ganas de más y es complementaria a los carteles que nos han enseñado recientemente en la Comic Con. Aumentando la expectación por el estreno de Xmen: días del futuro pasado.

¡Juzga por ti mismo!

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