8 de septiembre de 2013

Crítica: Boardwalk Empire, tercera temporada. Más mafioso.

Ley seca, gánsteres, Atlantic City y un Nucky que se está volviendo más mafioso y menos amable. "No se puede ser gangster a medias".

Hoy, domingo, se estrena en EEUU la cuarta temporada de esta ficción de la HBO, que mejora conforme va pasando el tiempo. Y mañana lunes nueve de septiembre Canal Plus lo emitirá en versión original subtitulada. Con lo cual, ¿qué mejor momento para repasar lo que ha sido la tercera temporada?

Si se puede resumir con una palabra sería Rosetti. Eso no es una palabra, es un nombre. Pues eso. Rosetti, Bobby Cannavale, que desde que aparece hemos rogadomentalmente para que alguien le meta un tiro en la cabeza, así como quien no quiere la cosa. Este hombre ha creado tensión cada vez que aparece en pantalla, porque los guionistas han sabido darle ese toque de imprevisibilidad, de locura, donde nos cuestionábamos: “¿Se va a reír o le va a matar?”. Agotador.

Esta temporada me ha gustado mucho porque he visto que Nucky Thompson, Steve Buscemi, ha evolucionado. Porque podría entender por qué mató a Jimmy en el final de la segunda temporada, cuando todo se desmoronaba. Pero en esta se intuye una tendencia hacia lo oscuro, con el balazo en la cabeza al chaval después de pasar una noche escondidos en el sótano, que deja a Slater ojiplático. O el llamamiento a las otras bandas de Nueva York, Chicago… sin temer la guerra para vencer al loco de Rosetti.

Sin embargo, una vez más, hemos visto como Nucky, que se puede decir que es bueno, se ve de nuevo solo y sus “socios” y “conocidos” le dan la espalda, dejándole a su suerte. Algo que Nucky no va a olvidar y en el último capítulo deja claro que va a devolver, a Rothstein, por ejemplo, que siempre consigue salir airoso.


Conspiraciones, alianzas, asesinatos… Sigue siendo una estupenda serie de mafiosos. Una de las cosas que más me gustan es que mantiene los roles y los personajes desde la primera temporada. Aunque en esta casi no hayan salido, o en la segunda… Es una serie con muchos personajes, muchos frentes. Por ejemplo, White y Capone tienen una gran relevancia al final de la temporada, y por los tráilers de la cuarta también la tendrán en la siguiente. Que los tengan ahí latentes, sin crear subtramas innecesarias, me parece meritorio.

El gran pero de esta ficción de la HBO es el papel de la mujer. Sobre todo de Margaret. Es la que más me ha decepcionado. En la primera temporada estaba dispuesta a hacer lo que sea por conseguir un porvenir y una estabilidad para sus hijos, obviando que Nucky fuera un mafioso. En la segunda es capaz de encubrirle como una compañera leal, destruir documentos de la caja fuerte para preservar su unidad doméstica. Que luego fastidia donando el dinero. Algo que me extrañó y no vi coherente.


Pues en esta ya es el no va a más. Le crean una subtrama en el hospital donde da charlas de información e higiene para las mujeres. Todo apunta que va a tener algo con el médico, pero no. Su debilidad sigue siendo Slater (el segundo de Nucky), y se permite soñar con un futuro juntos lejos de Nucky, algo que todos sabíamos que no iba a suceder. En el devenir de los acontecimientos, ella huye con los niños y a un piso cutre. Al final Nucky le ofrece dinero, perdonándola y rogándola que vuelva a casa. Algo que ella, por lo menos el dinero, rechaza. Y así es como volvemos al rol de chica petarda. Puedo entender que esté despechada, pero es una mujer que quería lo mejor para sus hijos, y lo mejor  siguen siendo los fajos de billetes de Nucky.

El otro rol femenino lo odio más todavía. El de la madre de Jimmy, Gillian Darmody. Una mujer que se cree que se ha hecho a sí misma, dueña de un lupanar y con una rivalidad hacia Nucky que roza lo absurdo. Ha matado a su hijo, sí. Pero es que ella es idiota. Se alía siempre con el mejor postor y nunca le sale bien, es un personaje que no aprende. Y lo único bueno que tiene en su casa, el amigo de su hijo, es el gran francotirador Richard Harrow, que también lo echa a perder. Por favor, matadla.


El hilo argumental de esta temporada es… cardíaco. Digamos que los tres últimos episodios estás obligado a verterlos del tirón. Mantiene la tensión. Nos da cosas nuevas… En serio, si hay alguien que aún no ha dado una oportunidad a esta serie y le gustan los mafiosos, hacedlo. Porque te mantiene en vilo, no se hace lenta en ningún momento.

Y ahora, sólo espero que a Nucky le vuelva a ir un poco bien. Que Al Capone tenga más relevancia, igual que Richard. Y que, el que ha sido la sorpresa de la temporada, con una mujer que es la única decente de todo el plantel, vendedor de planchas por excelencia en los alrededores de Chicago, el temperamental y facialmente tenso ex agente del departamento del tesoro Nelson Van Alden (Michael Shannon) se vuelva mafioso de una vez. En mi recuerdo siempre se quedará el momento en el que estampa la plancha al gordo de su compañero que no hace más que meterse con él. ¡Qué capitulazo! ¡Qué temporada! ¡Qué serie!


¡Juzga por ti mismo!

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