Crítica: The spectacular now, de James Pondsolt. Drama indie-adolescente.

La adaptación de la novela de Tim Tharp es una película que no llega a comedia, sobre unos adolescentes con problemas familiares y el temor a la vida adulta. Un clásico.

Estoy dándome cuenta que ahora los dramas adolescentes, películas independientes, los comparo con Las ventajas de ser un marginado, no puedo evitarlo, para mí de ese estilo es la mejor película.

The espectacular now engloba también ese último año de instituto, a las puertas de una etapa nueva, más adulta, de un futuro. Por supuesto, esto es catastrófico para los adolescentes. El protagonista es Sutter (Miles Teller), un joven simpático, con mucha labia, que tiene una familia desestructurada (su padre se fue cuando era pequeño), y con un serio problema con el alcohol, con tendencia más adulta, porque no desfasa y se divierte, bebe constantemente, en serio, de su petaca, constantemente.

Por el otro lado tenemos a Aimee (Shailene Woodley) una chica inadaptada, lista, pero a la que su madre exprime al máximo.

Se juntan al principio por otros motivos, luego por el amor y se enfrentan a sus problemas juntos. Digamos, que ella saca lo mejor de él, y él saca el lado divertido de ella.

Lo que más me ha gustado de la película es cómo está filmada, con que gusto, sutileza… Ellos están en el típico pueblo americano, con las típicas calles americanas y los típicos coches americanos, pero James Pondsolt lo hace bonito, lo hace especial. Los colores son muy cálidos y los planos casi continuos. Por ejemplo hay uno en el que los protagonistas están en una fiesta en el lago y se alejan para hablar, en todo el camino, con una conversación interesante que culmina en el primer beso (oh, spoiler), la cámara no cambia de plano, los sigue simplemente. Llama la atención.

En cuanto a los personajes… Como he dicho antes es una historia más que nos han contado mil veces. Sutter tiene muchos matices, un miedo muy grande en convertirse en su padre, pero me sobra drama. Ya no por la carga personal de los protagonistas que la puedo tolerar, es parecido a lo que conté con Eleanor & Park, la necesidad de que todo explote. Y lo hace explotar demasiado "palomitero" para mi gusto, puedo entender que lo pague con ella de vuelta en el coche, pero con un atropello y todo… Es el zenit del drama, el punto de inflexión. Para mí llevado muy al límite.

El desenlace, por otro lado, me ha dejado satisfecha. En eso sí se parece más a Las ventajas de ser un marginado (siento las comparaciones), porque Sutter al final acepta sus problemas y empieza a vivir de verdad, es un desenlace con todas sus letras. Es la parte de la película que más me ha gustado, de hecho. La más real, la más sincera. Me encanta el momento, antes de graduarse que habla con su profesor de matemáticas que le suelta la típica charla motivadora para que madure, y Sutter le contesta: “No sé que tiene de increíble ser un adulto, ¿usted es feliz?”. Sacado de contexto puede sonar la típica pregunta, la frase que dice alguien inmaduro, pero estamos en el desenlace, Sutter era un defensor del vive el momento de ahí el título del libro, y le contesta eso al profesor no para seguir viviendo de puntillas que al final es lo que haces “viviendo el momento” sin plantearte el futuro, lo dice con la intención de frenar, de no seguir la corriente, que a veces, ¿para qué sirve seguir el ritmo de todo el mundo: instituto-universidad-trabajo?

Y por ese tipo de conceptos, que puedes compartir o no, pero en cualquier caso son entrañables, propios de la adolescencia, sí me ha gustado más la película. Puedo tolerar el drama excesivo, y la recomiendo. No es una peliculaza, pero ver a Shailene Woodley se está convirtiendo en un placer y… merece la pena echar una hora y media, porque por lo menos visualmente es preciosa. Además los screenplay, Michael H. Weber y Scott Neustadter, son los mismos que 500 días juntos y los que se están encargando de Bajo la misma estrella, eso sirve como aval.

¡Juzga por ti mismo!