7 de marzo de 2016

Reseña: El que acecha en el umbral, de H.P. Lovecraft y August Derleth.


Aunque el nombre más grande sea el de Lovecraft, El que acecha en el umbral está ordenado y escrito en su mayor parte por August Derleth. Una novela corta del ciclo de Cthulhu que tiene su aquel.

El libro se divide en tres grandes capítulos en orden cronológico.
Uno, el primero, escrito por el heredero que llega a la casa; el segundo escrito también en primera persona por el primo del primero; y el tercero contado desde la perspectiva de un profesor al que llega el primo a darle toda la documentación que ha reunido.

Los dos primeros capítulos son intachables, perfectos en cuanto a ritmo, suspense y estilo narrativo, pero el tercero y el desenlace ya son otra historia.
Y eso que el esquema argumental es más de lo mismo. Persona hereda una propiedad, persona empieza a oír ruidos, persona empieza a preguntar y va descubriendo que hay algo raro, persona se obsesiona (persona está invocando cosas en sueños)... ya sabéis.

Es muy interesante cómo el protagonista, el heredero, tiene doble personalidad; y cómo está tratado, sin saltos en la narración, aun siendo en primera persona; y cómo luego se va acentuando cuando se ve desde fuera, cuando lo ve y lo analiza su primo.

El terror, el terror aquí me ha parecido más oscuro que en otros mitos. Se debe a que es una historia más larga y ha dado tiempo a profundizar más en ella, y por el tema en sí, casi se puede hablar de posesión. Y cuando no tienes voluntad o te la usurpan a favor de un mal, pues da yuyu, porque ves lo insignificante y fácil que es que vengan los primigenios y nos coman la cabeza a todos (literalmente).
Sin embargo, como en estos meses he analizado algo más el estilo de Lovecraft, esta historia aun siendo previsible, como son todas las de los mitos, que puedes intuirte qué ocurre y el fin, El que acecha en el umbral tiene fragmentos que te ponen los pelos de punta. Y es que las descripciones y la construcción de la atmósfera, Derleth, chapeau.

El problema que he visto en esta novelilla es el final, no por lo que ocurre, sino por cómo está contado. Los dos primeros capítulos son fluidos, se leen divinamente. El tercero, en cambio, es un chorreo de información, información que el lector ya tiene, sobre todo que tenemos ahora, puede que en 1946 no, pero si has leído más Lovecraft, y más mitos, lo tienes; y claro, que el profesor te cuente todas sus sospechas, los indicios, en párrafos y párrafos interminables, con tono didáctico porque se lo cuenta a su pupilo... pues es un bajón. Eso y luego cómo arreglan todo. Que, fíjate, me pareció precipitado.
La información está descompensada, el capítulo empieza con excesiva exposición, y luego al desenlace apenas le dedica dos páginas. Es una lástima.

Pero, oye, que lo recomiendo. Aun siendo una historia de casa antigua en mitad del bosque, desapariciones, invocación, un torre... Está estupendamente, y, al estar más desarrollada, pues la disfrutas más. Y para los que de Lovecraft solo se han leído las tres primeras líneas de su biografía pero se consideran fans... leed a Lovecraft.

¡Juzga por ti mismo!

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