Reseña: Psicosis, de Robert Bloch.
Qué reseñar cuando ya está todo dicho. Psicosis es una novela muy corta, muy bien estructurada, que demuestra por qué Robert Bloch fue uno de los grandes en esto del suspense y del terror.
Se me hizo muy corto. Y una de las causas principales, además de su evidente extensión, es porque el suspense y la información que nos va dando esta muy bien dosificada.
La estructura es ejemplar en una novela de estas características, y eso que estamos muy contaminados con la película, con lo emblemático del personaje de Norman Bates. Yo no paré de preguntarme qué me habría parecido el libro si no hubiera sabido la «gracia» de Bates. Aun así lo disfruté igual. Como si fuera una relectura, fijándome en los detalles, en cómo el señor Bloch nos va mostrando solo lo que quiere.
Lo que más me sorprendió al principio fue el personaje de Mary, muy gris. Aunque superficialmente pueda parecer el personaje sufridor que todo le ha ido mal y así justificar esa acción, en el libro profundizamos obviamente mucho más que en la película, y nos muestra una mujer que sí, está cansada, pero sus motivaciones son muy egoístas, y su personalidad, en la conversación que mantiene con Bates, es fútil. Me encantó.
Lo que hace de esta novela lo que es es cómo está narrada. Los saltos en los personajes, cómo vamos ampliando nuestro marco y sabiendo más y más. Y lo bien retratado que está el trastornado Bates, lo natural que es en cada fragmento, en cada conversación.
Imbuida por el texto, además, la historia te la puedes imaginar fácilmente en nuestro tiempo. Ha envejecido estupendamente.
Y, como las comparaciones son horribles, pero inevitables, me tengo que quedar con el libro mil veces. Entiendo, como obra cinematográfica, la importancia que tiene, pero, narrativamente, lo que hicieron con el guión es ramplón y decepcionante, los personajes no son los títeres planos que aparentan en la película. No tiene nada que ver en general, por eso, aunque hayas visto la película, o no te guste ésta, tienes que leerte el libro y leer en general a Robert Bloch.
¡Juzga por ti mismo!
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