20 de enero de 2010

Jace y Clary

-Mentí-dijo él-. Los demonios mienten, Clary. Ya lo sabes, hay algunas clases de heridas que puedes recibir cuando eres un cazador de sombras...Heridas internas producto del veneno de demonio. Ni siquiera sabes qué es lo que te sucede, pero te desangras internamente poco a poco hasta morir. Eso es ser sólo tu hermano.
- Pero Alaine...
- Tenía que intentarlo. Y lo hice. -La voz carecía de inflexión-. Pero Dios sabe que no quiero a nadie excepto a ti. Ni siquiera quiero querer a nadie que no seas tú. -Alargó la mano, arrastró los dedos ligeramente por sus cabellos, acariciando la mejilla con las yemas-. Ahora al menos conozco el motivo.
   La voz de Clary había descendido hasta convertirse en un susurro.
- Yo tampoco quiero a nadie que no seas tú.
   Vio cómo se le entrecortaba la respiración. Lentamente, Jace se irguió sobre los codos. La miraba ya desde más arriba, y su expresión había cambiado; nunca le había visto aquella cara; había una luz aletargada, casi mortífera, en sus ojos. Dejó que los dedos se arrastraran por su mejilla hasta los labios, trazando la forma de su boca son la punta de un dedo.
- Probablemente- dijo- deberías decirme que no hiciese esto.
   Ella no dijo nada. No quería decirle que parara. Estaba cansada de decirle no a Jace...de no permitirse a sentir lo que todo su corazón quería que sintiese. No le importaba el precio.
   Él se inclinó hacia abajo, los labios contra su mejilla, rozándola ligeramente...y con aquel leve contacto le envió escalofríos a través de los nervios, escalofríos que hicieron que le temblara todo el cuerpo.
- Si quieres que pare, dímelo ahora- susurró él.
   Ella siguió callada, y entonces le acarició con la boca el hueco de la sien.
- O ahora.
Trazó la línea de su pómulo.
- O ahora.
Tenía los labios posados en los de ella.
- O...
   Pero ella había alzado las manos y tirado de él hacia sí, y el resto de palabras se perdieron en su boca. La besó con delicadeza, con cuidado, pero no era la delicadeza lo que ella quería, no en aquel momento, no después de todo aquel tiempo, y cerró los puños sobre su camisa, acercándolo más a ella. Él gruñó suavemente, en el fondo de su garganta, y a continuación sus brazos la rodearon, apretándola contra él, y rodaron sobre la hierba, enredados, sin dejar de besarse. A Clary se le clavaban rocas en la espalda y le dolía el hombro donde se había golpeado al caer de la ventana, pero no le importaba. Todo lo que existía era Jace; todo lo que sentía, esperaba, respiraba, quería y veía era Jace. Nada más importaba.



(cazadores de sombras 3, ciudad de cristal; Cassandra Clare)

4 comentarios:

  1. ME ENCANTA ESA PARTE!!!!
    io00 iaa lei los 3 libros!!
    realmente estan geniales!!
    los 3 me encantan, pero creo k el tercer libro es mi favorito0

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  2. me encantaaaa k bonitoo!

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  3. Esa parte es una de mis favoritas aunque termino medio mal, pero me encanta la tension que hay entre ellos que su relacion sea como prohibida aunque ahora que se sabe que no son hermanos aun asi resulta interesante,,! saludoss a todos los nephilines adictoss ! xoxo

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