Reseña: El valle del asombro, de Amy Tan. Lo volvería a leer.
Una novela de Shanghai para emocionar. No, espera, que esto
no es un faldón. El valle del asombro te sumerge en la China de principios del
siglo XX, la atmósfera sin darte cuenta ya te ha rodeado y los personajes ya te
han calado. Setecientas páginas se hacen pocas.
Amy Tan siempre había sido un ente para mí, y la literatura
oriental un monstruo gigante al que no quería enfrentarme. Ni siquiera sucumbí
a las Memorias de una geisha. Libro que supongo se podría comparar, pero en
este El valle del asombro la protagonista es una cortesana de verdad, aunque
igualmente se la podía calificar de heroína.
Ya sé que las reseñas positivas son un tostón, no sabes si
creértelas. Bien, lo entiendo. Pero, en mi caso, tiene un plus porque no suelo
hacerlas. Con lo cual, si un libro me ha gustado, como mínimo es porque tiene
algo de especial. En este lo más admirable y meritorio es cómo crea las
relaciones humanas, la empatía es inevitable, pero hay tanta naturalidad en sus
páginas que es imposible no encariñarse. La protagonista es una heroína por
todo lo que pasa, por todo a lo que se enfrenta, pero de carne y hueso sin un ápice de dramatismo innecesario. Y todas
las relaciones de amistad, amor u odio están perfectamente justificadas y se
van desarrollando según pasas las páginas. Esto es lo que más me ha gustado.
El resto está bien, tanto que puede pecar de poco original.
La protagonista es Violeta, y aunque en la contraportada o en la sinopsis nos
digan que es la historia de tres generaciones, creo que esa persona no se ha
leído el libro. Esta es la historia de Violeta, la de su madre y su hija es
complementaria a la de ella, que es el centro alrededor del cual gira todo lo
demás.
Pues eso, este libro nos cuenta la historia de Violeta, en
primera persona. Desde los siete años se crió con su madre en una casa de
cortesanas de primera categoría. Al principio son peripecias que parece que no
llevan a ninguna parte, travesuras de niña, pero Amy Tan tiene un plan genial y
resulta que todo está más que conectado.
A mí el argumento me sedujo, el testimonio de una cortesana
de los años 20 en China, pues mira sí, es atractivo, es interesante y no
pensaba que fuera a llenarme tantísimo. Ya siento nostalgia de haberlo cerrado
y haberlo terminado.
Petardeces aparte, esta historia puede que no sea nueva, o
más bien el esquema no lo es, porque al abarcar tantos años de su vida
imaginaos las desgracias y las venturas que le van ocurriendo. Sin embargo, los
personajes son entrañables y perdonas esa dosis de predictibilidad por saber
"¿cómo va a terminar todo esto?". Tú sabes que saldrá de esta, pero
el caso es cómo. Un punto negativo de este tipo de narración donde pasan los
años es que las cosas malas son más largas en comparación con las buenas. Por
ejemplo, Violeta se arrejunta con Edward al que quiere muchísimo, pues te dice
que pasan tres años paseando, hablando... y la narración se vuelve a parar
cuando caen enfermos de gripe. Claro, entiendo que se recree en lo negativo,
pero unas paginitas más de felicidad yo las compraba.
Si algo es llamativo es la relación que mantiene con su madre.
Parece que Amy Tan está muy especializada en esto, al mismo tiempo que en la
"doble nacionalidad" o el mestizaje entre lo chino y lo americano.
Entiendo que en China no sea muy querida porque arremete con dureza contra las
costumbres ancestrales de las familias poderosas. El caso es que Violeta se
cree que su madre es una egoísta y nunca la ha querido, y su madre a su vez
cree que la suya es igual. Creo que presenta un árbol familiar muy interesante
y explica a la perfección cómo juzgamos a nuestros padres pero no somos capaces
de ver las mismas actitudes en nosotros, las que estamos, aparentemente,
condenados a repetir.
Otro punto a resaltar es lo atmosférico de sus páginas. Amy
es capaz de describirnos la casa de cortesanas o un paisaje oriental sin caer
en estructuras y adjetivos densos. Con lo cual la lectura no se ralentiza en
ningún punto, todo lo absorbes y te transporta a ese lejano lugar.
Los personajes... me gusta lo predecible de las relaciones
amorosas, sobre todo de los grandes amores, tanto el de Violeta, Lealtad, como
el de su madre, Lu Shing. Alimenta ese espíritu romántico y como colofón es
perfecto, aunque la enfermedad es innecesaria, en serio. Obviamente, me quedo
con Violeta porque he pasado más tiempo con ella. Aunque también he llegado a
entender a su madre en esos dos penúltimos capítulos tan explicativos que
sirven para conciliar al lector con ella. Hasta puedo entender a su hija con ese extenso y monólogo del final. Sin embargo, creo que Violeta es
mucho más consecuente y su hija Flora, por las circunstancias, es un poco mala en cuanto a insensible.
Por eso digo que Violeta está en el centro, es el equilibrio y es un personaje
con el que van creciendo los matices y pasa de ser una niña caprichosa a ser
una mujer hecha y derecha. También tenemos grandes secundarios como Calabaza
Mágica o la socia de su madre, Paloma Dorada.
Los roles masculinos están sujetos a una dura crítica
social, aun así es inevitable profesar cariño a Lealtad o entender, hasta
cierto punto, al padre de Violeta.
En fin, realmente sólo puedo decir cosas buenas de este
libro. El final me ha resultado un poco... repentino. Yo quiero escribir a la
autora y pedirle una versión extendida de la novela, porque da para más. Así
que no puedo más que recomendarlo. Había
leído por Goodreads que este libro sólo te daba sinónimos de las parte íntimas,
nada más lejos de la realidad. Mantiene los nombres chinos traducidos, que son
compuestos (Paloma Dorada, Calabaza Mágica…) y esto es de agradecer, por eso
las metáforas de partes íntimas pueden resaltar aunque mantiene la coherencia
con el resto del texto. De hecho, tengo que matizar que me esperaba más escenas
eróticas, puesto que es una cortesana, pero estas escenas son de muy buen
gusto y bastante reducidas en todo el libro.
Lo dicho, este libro lo volvería a leer y merece darle una
oportunidad, aunque sea largo, aunque no estés habituado a la literatura
oriental, o "ambientada en" más bien. Este libro te llena, tiene
momentos poéticos y te enriquece personalmente. Una muy buena lectura.
¡Juzga por ti mismo!
La reseña me ha encantado y me has dejado con muchas ganas de acercarme a esta historia.
ResponderEliminarPues arrímate, arrímate, porque aunque sean muchas páginas enseguida te atrapa la historia y se te hará hasta cortito :D
EliminarBesos!