2 de abril de 2014

Reseña: El valle del asombro, de Amy Tan. Lo volvería a leer.

Una novela de Shanghai para emocionar. No, espera, que esto no es un faldón. El valle del asombro te sumerge en la China de principios del siglo XX, la atmósfera sin darte cuenta ya te ha rodeado y los personajes ya te han calado. Setecientas páginas se hacen pocas.


Amy Tan siempre había sido un ente para mí, y la literatura oriental un monstruo gigante al que no quería enfrentarme. Ni siquiera sucumbí a las Memorias de una geisha. Libro que supongo se podría comparar, pero en este El valle del asombro la protagonista es una cortesana de verdad, aunque igualmente se la podía calificar de heroína.

Ya sé que las reseñas positivas son un tostón, no sabes si creértelas. Bien, lo entiendo. Pero, en mi caso, tiene un plus porque no suelo hacerlas. Con lo cual, si un libro me ha gustado, como mínimo es porque tiene algo de especial. En este lo más admirable y meritorio es cómo crea las relaciones humanas, la empatía es inevitable, pero hay tanta naturalidad en sus páginas que es imposible no encariñarse. La protagonista es una heroína por todo lo que pasa, por todo a lo que se enfrenta, pero de carne y hueso sin un ápice de dramatismo innecesario. Y todas las relaciones de amistad, amor u odio están perfectamente justificadas y se van desarrollando según pasas las páginas. Esto es lo que más me ha gustado.

El resto está bien, tanto que puede pecar de poco original. La protagonista es Violeta, y aunque en la contraportada o en la sinopsis nos digan que es la historia de tres generaciones, creo que esa persona no se ha leído el libro. Esta es la historia de Violeta, la de su madre y su hija es complementaria a la de ella, que es el centro alrededor del cual gira todo lo demás.
Pues eso, este libro nos cuenta la historia de Violeta, en primera persona. Desde los siete años se crió con su madre en una casa de cortesanas de primera categoría. Al principio son peripecias que parece que no llevan a ninguna parte, travesuras de niña, pero Amy Tan tiene un plan genial y resulta que todo está más que conectado.
A mí el argumento me sedujo, el testimonio de una cortesana de los años 20 en China, pues mira sí, es atractivo, es interesante y no pensaba que fuera a llenarme tantísimo. Ya siento nostalgia de haberlo cerrado y haberlo terminado.

Petardeces aparte, esta historia puede que no sea nueva, o más bien el esquema no lo es, porque al abarcar tantos años de su vida imaginaos las desgracias y las venturas que le van ocurriendo. Sin embargo, los personajes son entrañables y perdonas esa dosis de predictibilidad por saber "¿cómo va a terminar todo esto?". Tú sabes que saldrá de esta, pero el caso es cómo. Un punto negativo de este tipo de narración donde pasan los años es que las cosas malas son más largas en comparación con las buenas. Por ejemplo, Violeta se arrejunta con Edward al que quiere muchísimo, pues te dice que pasan tres años paseando, hablando... y la narración se vuelve a parar cuando caen enfermos de gripe. Claro, entiendo que se recree en lo negativo, pero unas paginitas más de felicidad yo las compraba.

Si algo es llamativo es la relación que mantiene con su madre. Parece que Amy Tan está muy especializada en esto, al mismo tiempo que en la "doble nacionalidad" o el mestizaje entre lo chino y lo americano. Entiendo que en China no sea muy querida porque arremete con dureza contra las costumbres ancestrales de las familias poderosas. El caso es que Violeta se cree que su madre es una egoísta y nunca la ha querido, y su madre a su vez cree que la suya es igual. Creo que presenta un árbol familiar muy interesante y explica a la perfección cómo juzgamos a nuestros padres pero no somos capaces de ver las mismas actitudes en nosotros, las que estamos, aparentemente, condenados a repetir.

Otro punto a resaltar es lo atmosférico de sus páginas. Amy es capaz de describirnos la casa de cortesanas o un paisaje oriental sin caer en estructuras y adjetivos densos. Con lo cual la lectura no se ralentiza en ningún punto, todo lo absorbes y te transporta a ese lejano lugar.

Los personajes... me gusta lo predecible de las relaciones amorosas, sobre todo de los grandes amores, tanto el de Violeta, Lealtad, como el de su madre, Lu Shing. Alimenta ese espíritu romántico y como colofón es perfecto, aunque la enfermedad es innecesaria, en serio. Obviamente, me quedo con Violeta porque he pasado más tiempo con ella. Aunque también he llegado a entender a su madre en esos dos penúltimos capítulos tan explicativos que sirven para conciliar al lector con ella. Hasta puedo entender a su hija con ese extenso y monólogo del final. Sin embargo, creo que Violeta es mucho más consecuente y su hija Flora, por las circunstancias, es un poco mala en cuanto a insensible. Por eso digo que Violeta está en el centro, es el equilibrio y es un personaje con el que van creciendo los matices y pasa de ser una niña caprichosa a ser una mujer hecha y derecha. También tenemos grandes secundarios como Calabaza Mágica o la socia de su madre, Paloma Dorada.
Los roles masculinos están sujetos a una dura crítica social, aun así es inevitable profesar cariño a Lealtad o entender, hasta cierto punto, al padre de Violeta.

En fin, realmente sólo puedo decir cosas buenas de este libro. El final me ha resultado un poco... repentino. Yo quiero escribir a la autora y pedirle una versión extendida de la novela, porque da para más. Así que no puedo más que recomendarlo.  Había leído por Goodreads que este libro sólo te daba sinónimos de las parte íntimas, nada más lejos de la realidad. Mantiene los nombres chinos traducidos, que son compuestos (Paloma Dorada, Calabaza Mágica…) y esto es de agradecer, por eso las metáforas de partes íntimas pueden resaltar aunque mantiene la coherencia con el resto del texto. De hecho, tengo que matizar que me esperaba más escenas eróticas, puesto que es una cortesana, pero estas escenas son de muy buen gusto y bastante reducidas en todo el libro.

Lo dicho, este libro lo volvería a leer y merece darle una oportunidad, aunque sea largo, aunque no estés habituado a la literatura oriental, o "ambientada en" más bien. Este libro te llena, tiene momentos poéticos y te enriquece personalmente. Una muy buena lectura.

¡Juzga por ti mismo!

2 comentarios:

  1. La reseña me ha encantado y me has dejado con muchas ganas de acercarme a esta historia.

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    1. Pues arrímate, arrímate, porque aunque sean muchas páginas enseguida te atrapa la historia y se te hará hasta cortito :D

      Besos!

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