14 de junio de 2015

Reseña: Todo lo que nunca te dije lo guardo aquí, de Sara Herranz. Una amorosa maravilla.


Una historia amor, una historia de desamor y una evolución. Todo ello condimentado por esas ilustraciones minimalistas de Sara Herranz, tan sencillas y magnéticas.

He visto algunas críticas negativas porque esto no es una novela gráfica. Pues vale, no le pongas etiquetas. No las necesita. Lo que es evidente es que Sara nos cuenta una historia, su historia, y la acompaña con ilustraciones.

Es un libro que se lee demasiado rápido, pero que invita a releerse una y otra vez. A contemplarlo con calma. Tampoco vamos a engañarnos, no es pura trascendencia. Porque las historias de amor nos las cuentan demasiadas veces y siempre son las mismas. Pero tiene algo, algo en su lenguaje tajante, en las ilustraciones limpias que siempre te están mirando como diciéndote: «entiéndeme».

Es complicado analizar más allá. El texto puede resultar poético, pero sobre todo es real, directo. Escrito en primera persona, con una intención sentimentaloide, consigue su objetivo: traspasar.

Me quedo con esta ilustración y este concepto. Porque son muchas las personas necesitadas de drama que pretenden hacer trascendente y peliculera una relación que es la cosa más normal y anodina. Real.


De hecho hay muchas referencias, muchas actitudes, mucha crítica. Me encanta esta cita: «Ellos, —amantes de metáforas baratas— beben whiskey solo y se visten con abrigos muertos, leen a Carver, Bukowkski, Houellebecq y se sienten rotos e intensos», anda que no hay gente así. Proyecto de escritores que van de bohemios y de cultos. En fin, dan ganas de gritarles ¡Menos postureo! 

Las ilustraciones, por otro lado, son sencillas, minimalistas en blanco, negro y rojo, hechas en digital. En algunas aparece un cielo degradado, o un líquido de cerveza amarillo claro, por lo demás los tonos son planos. Esto no desmerece el estilo, las texturas tienen mucha fuerza, la ropa, el pelo. Tampoco todos los dibujos son primeros planos de ella o de él. También hay ciudad, con estilo vectorial, líneas gruesas que nos muestran Madrid, SU Madrid.

A mí me ha gustado mucho. No porque sea una romántica, simplemente porque me gusta saber cómo interpreta cada persona el amor. Y si además me lo dices sin rodeos, con metáforas urbanas, pues mejor.


Así que lo recomiendo. Es carillo, pero la edición es buena, en tapa dura con papel grueso en el interior. Como poesía visual lo han calificado, pues sí. Es un buen término.
¡Juzga por ti mismo!

1 comentario:

  1. Hola! Tiene muy buena pinta y aunque no soy de leer novelas gráficas me llama bastante la atención ;) Un beso!

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