6 de septiembre de 2015

Reseña: Misery, de Stephen King.

Odio hacer reseñas de «clásicos» porque está todo dicho y sirve para manifestar mi estupidez por no haberlo leído antes. Bueno, me da igual lo que penséis, yo leo de todo y cuando quiero. Y Misery es un libro buenísimo que todo el mundo debería leer.


Es Stephen King, así que las recomendaciones de este libro no fueron pocas, pero soy una rebelde y no les hice caso hasta este verano, que encontré una edición antigua que invitaba mucho a leer y me sumergí en Paul.
Juzgarme, pero es el primer libro que me termino del señor King. Lo intenté con La Cúpula y llegué a la mitad, pero decidí que el misterio no me interesaba tanto y para leer un libro de relaciones entre personajes con pasados tormentosos prefiero a otro autor.

Por suerte Misery es completamente diferente, lo es porque en él sólo hay dos personajes. Casi cuatrocientas páginas, dos personajes… sí, es la media de Stephen King.

Lo que más me gusta del libro es que parte de algo muy sencillo, también muy casual —y eso lo odio—, como es que una loca de los cojones se encuentre a su autor favorito cuando éste acaba de tener una accidente de coche, lo lleve a su casa y lo retenga contra su voluntad. Esto podía haberse quedado sólo en un relato y lo ha estirado hasta conseguir cuatrocientas páginas. Pero no lo ha estirado como tal, al libro no le sobra nada, mantiene un ritmo perfecto. De sobrar, quitaría las largas páginas de la historia paralela que está escribiendo para ella, pero bueno.

Y eso es tremendamente difícil. Es difícil que la historia sólo transcurra en una habitación o en una casa, que los días sean distintos y no fotocopias, que el libro avance sin más elementos que esos dos personajes. Esto es lo que diferencia a Stephen King, que aparentemente es un escritor prolífico, al que no le cuesta nada escribir ni alargar las historias y luego te sorprende con un libro usando técnicas narrativas distintas.

Lo comentaba mientras lo leía, este libro lo puede disfrutar todo el mundo, claro está, pero a los escritores les va a llegar más, la empatía va a ser absoluta. Sus bloqueos, el apego al libro, las técnicas creativas que usa, la terminología…

Está escrito en tercera persona, pero el protagonista es Paul y la historia está narrada desde su visión, como si de una primera persona se tratara, meritorio porque no repite hasta la saciedad su nombre, no cambia de narrador… En fin, que está bien escrito. Y, como todos los libros de King, con un lenguaje coloquial y accesible, natural, que lo hace muy fácil de leer.


¿Es un libro de terror? No, no lo es. Annie está loca y hay momentos de tensión máxima e incertidumbre, o claustrofóbicos como cuando le encierra en el sótano a oscuras con las ratas y él empieza a alucinar y a ver sombras… Puede considerarse un tipo de terror, pero es la tensión psicológica característica de King.

El conflicto del libro y lo que te hace pasar las páginas a toda velocidad es ¿lo consiguió? Como en el juego que tanto menciona Paul. ¿Va a conseguir el protagonista escapar y cómo? Y mientras llegas a ese desenlace profundizas en los dos personajes de la historia. El escritor de éxito y la loca de los cojones. Huelga decir que Annie está muy bien hecha, es creíble, es estupenda, un gran personaje.

Y lo mejor del libro, como buena historia de acontecimientos, es el final. Aquí está toda la carga narrativa. Los dos tercios anteriores se podrían resumir en las miserias (eh, eh, eh) que pasa Paul, lo que va ocurriendo. Pero cuando comienza el desenlace sube el dramatismo, se entremezcla el presente con los pensamientos más retóricos del escritor, manteniendo un ritmazo. Es espectacular cómo está narrado. Otra cosa es que te guste lo que ocurre. Yo que soy amiga de la tragedia preferiría que todos hubieran muerto, pero bueno eso es secundario.

Y con tanto analizar no he contado de qué va el libro… pues veréis, va de un escritor que es secuestrado por una antigua enfermera cuando éste tiene un accidente. Annie le retiene en su casa, le «cura» y le obliga a escribir un libro para ella, una última parte de la saga que le ha hecho famoso y que él ya había considerado terminada. Fin.

Sencillo, siniestro y muy recomendable. Sobre todo si escribís, este libro es obligatorio.


¡Juzga por ti mismo!

0 comentarios:

Publicar un comentario

Copyright © 2014 No me gustan los números