23 de diciembre de 2011

Reseña: Zafiro, de Kerstin Gier.


Más Gwen, más Gideon, más viajes en el tiempo y muchísimos más interrogantes en la segunda novela de la trilogía de Kerstin Gier.


Para quien desconozca el argumento de esta saga y no se haya leído la reseña del primero, simplemente recordar que trata de dos familias con el gen o la capacidad de viajar en el tiempo. Los protagonistas, Gideon y Gwen, buscan destapar los misterios que oculta el jefe de la logia responsable de controlar y de mantener oculto su don. Obviamente, todo se complica cuando los malos ya no son tan malos y el bueno ya no es tan bueno.

En este segundo libro la historia avanza poco. En días materiales transcurren dos o tres, de hecho. Y es que, como suele pasar, este libro es mera transición. Y en mi opinión no mantiene el nivel del primero. En la calidad literaria sí, la autora consigue engancharte aunque Gwen esté contando  canicas. Pero la trama no convence.

Y es que el hilo argumental se queda donde estaba y sólo progresa negativamente. Si en el anterior decía que la protagonista se soportaba, en este no hay criatura que la aguante. Como proveí al comenzar su idilio con Gideon, ha producido en ella un claro síntoma de estupidez adolescente.  Llegando a su culmen al final del libro donde todas deseamos que le cuente Gideon lo que ha descubierto mientras ella se dedica a increparle lo mucho que la ha utilizado. (No nos engañemos, novela juvenil fantástica = a historia de amor con final feliz). En resumen, que Gwen evoluciona a su yo más petardo como toda buena protagonista de literatura juvenil que se precie.

Uno de los personajes que más me ha gustado, y nuevo en esta segunda parte, es Xemerius, una gárgola fantasma que sólo puede ver Gwen, pero es de los acompañantes más útiles aunque nuestra querida compañera preste más atención a su amorcito. Como digo, Xemerius es todo un espía, aunque claro, la capacidad de atravesar paredes ayuda bastante.

Leslie, la amiga de Gwen, sigue siendo de los mejores personajes, recluida a su segundo plano hace lo que puede, digamos, todo el trabajo de investigación bastante provechoso. El malo malísimo, Conde de Saint Germain sigue siendo astuto y frío como buen malo, y su mano derecha Rakoczy consigue que sea siniestro hasta decir basta.

Lo único que me ha gustado ha sido el final. No, no porque se acabe. Sino porque siembra la incertidumbre absoluta. Pocos libros me han dejado con tantas ganas de leer el siguiente. Es un tópico decir “quiero más”, pero  los interrogantes que crea al final, en el mismo epílogo, son tantos y tan importantes que llenan hasta remplazar las 300 páginas restantes.

Tenemos tantas preguntas… ¿Hay un tercer cronógrafo? ¿Quiénes son en realidad Lucy y Paul? ¿Cuál es el gran secreto del círculo? ¿Qué es lo que quiere conseguir tan imperiosamente el Conde?

Simplemente espero que el tercero cierre todos los frentes que tiene abiertos, que son muchísimos. Desde luego si lo logra es para quitarse el sombrero, porque la trama, aunque pueda parecer simple, guarda unos engranajes bastante complejos; que es lo que hace que merezca la pena sentarte y leer esta trilogía.

¡Juzga por ti mismo!

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