19 de octubre de 2014

Librerías que molan más que un centro comercial


Siempre hablamos de libros, pero hoy domingo, día de reflexión, quería dedicarle una entrada a las librerías; que son, al fin y al cabo, el puente hacia nuevos mundos.

No me gusta comprar libros en centros comerciales. Para eso los compro directamente en Amazon. Los centros comerciales y grandes almacenes pueden tener todo lo que quieras, pero expuesto sólo encontrarás el bestseller de rigor, lo más comercial de lo comercial. 

Si vas buscando un libro perdido de Stephen King y le preguntas a un dependiente/a lo mirará en su ordenador si les queda en inventario. Y si no les queda (cuando voy a buscar un libro expresamente nunca está, por eso si es complicadete lo pido ya directamente por Amazon), te sonríen y te dicen que pueden pedirlo pero que tardará X. Ahí se acaba la conversación. Tú te quedas decepcionado, porque esperabas salir de allí con un libro nuevo que empezarías esa misma noche. Eso ellos no entienden y no lo tienen en cuenta, y en vez de sugerirte otro título que creen que podría gustarte, se van a seguir haciendo su mecánico trabajo.

Menos mal que siguen quedando librerías de las que molan. En mi caso, en Alcalá de Henares, voy a Diógenes. Además de encontrarme un dependiente afable que se acuerda de mi cara, tienen una disposición siempre que favorece el descubrimiento de nuevos libros. Y me encanta. 


Porque ya nunca me compro un libro por impulso. Ya me he leído treinta reseñas antes, he investigado sobre él... Pero aquí, en la librería, sacan libros reeditados que no conozco, en formato bolsillo, por lo que el precio es asequible, y de vez en cuando me lanzo y me arriesgo con algo completamente nuevo de un autor que no conozco. Esto, huelga decir, que no me pasa en la Fnac o en la Casa del libro, por poner nombres.

En un sector, en apariencia, en decadencia a favor de lo digital, desde aquí, con humildad, quiero romper una lanza a favor de las librerías de toda la vida, las especializadas, las de locales polvorientos y minúsculos. Porque mantienen vivo el espiritu de la lectura. Que es, ni más ni menos, que descubrir nuevos mundos.

¿Y vosotros? ¿Cuál es la librería favorita de tu ciudad? ¿Tiene encanto?

¡Disfrutad!

2 comentarios:

  1. Yo también huyo de los grandes almacenes...
    No hay nada comprable al encanto de una librería, las charlas con los libreros, cuando comparten contigo sus conocimientos y os recomendáis lecturas el uno al otro... eso es mágico.

    Y cuando apoyan tus proyectos...

    Eso es ya el colmo de la felicidad.

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  2. Hola! La verdad es que yo me siento a gusto donde sea que haya libros, grandes superficies o no. Aunque en Barcelona hay una tienda de libros de segunda mano que me conquistó por completo y siempre que voy hago una visita, ya se ha convertido en una tradición. Me ha gustado mucho la entrada, besos!

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