Reseña Guerra Mundial Z de Max Brooks
Tras haber pasado
seis años desde su publicación, poco queda ya por decir de este libro. Ha
recibido críticas a favor y en contra, aunque sin duda ha sido todo un éxito
con una gran acogida entre los lectores. ¿Qué es lo que ha hecho que Guerra Mundial Z sea algo más que otro
libro de zombis?
Si bien este es un subgénero del terror (aunque los autores reclaman el reconocimiento del mismo como un género aparte) que siempre ha estado presente y con un alto número de seguidores, ha sido hace relativamente poco cuando la afición por los muertos vivientes se ha popularizado, extendiéndose entre la población y llegando a gente que nunca se hubiera imaginado viendo o leyendo algo relativo a los zombis. El primer libro es una imitación de los clásicos manuales de supervivencia pero adaptado a un ataque zombi, y el segundo es una serie de entrevistas a personajes que sobrevivieron a una hipotética epidemia mundial zombi. Ambos libros han obtenido un gran éxito, ¿por qué? ¿Dónde está el secreto? No se puede achacar el triunfo a un solo factor, pues son muchos los que influyen, pero si hubiera que decir uno principal, el desencadenante de todo, no tendría duda al respecto: el realismo. La clave de las dos novelas de Max Brooks es que te lo está contando totalmente en serio.
Vamos a dejar a un lado la Guía de supervivencia
para hablar de Guerra Mundial Z. La historia es simple: Max Brooks recibe un encargo de Naciones Unidas que consiste en
realizar un informe sobre los Años Oscuros. Para ello, Max recorre el mundo
entrevistando a los supervivientes de esta catástrofe y recogiéndolo todo en
sus notas. Sin embargo, Naciones Unidas desecha la parte más “sentimental”
alegando que lo único que quieren son datos e informes precisos, limpios de
toda subjetividad. Max, indignado porque
quedara en el olvido todas las experiencias de estos hombres y mujeres, decide
juntar sus notas y escribir un libro que recoja todas esas historias. Así surge
Guerra Mundial Z: una historia oral de la guerra zombi. Max nos plantea el
libro en orden cronológico, desde que surgieron los primeros brotes, hasta la
conclusión del conflicto, pasando por el avance de la plaga, la caída de los
países y los enfrentamientos con los muertos. En este libro no hay narrador, ni tampoco un protagonista fijo, es
una sucesión de entrevistas con diferentes personas, con las que, a veces, te vuelves
a encontrar en capítulos posteriores. Así, poco a poco, desde distintos
ángulos, países y perspectivas, Max construye una imagen global de lo que fue
el conflicto. Este formato, este original planteamiento, es el primer factor
que llamó la atención de los lectores, convirtiendo esta novela en un éxito.
Pero, si se recapacita un momento, caes en la cuenta de que este formato responde a la necesidad de Max
de dar realismo a la historia. El caso es que todo el libro está bañado en
un aura de seriedad que puede hacer que en ocasiones dudes de si te está
contando un hecho verídico o no. Igualmente pasa con la Guía de supervivencia zombi,
donde todos los consejos están dados con una base lógica.
Está claro, entonces,
que son el formato y el trato realista lo que han diferenciado esta novela de
las demás. Junto a eso hay que poner que, mientras que otras lecturas
cuentan las historias de un grupo de supervivientes o de cómo avanzan la plaga,
Guerra Mundial Z repasa todos los
aspectos de lo que podría ocurrir si estalla una epidemia. Habla de la
política, de cómo se reestructuran las naciones, de cómo reaccionan los
ejércitos, de las huídas, de las posteriores reagrupaciones, de cómo afecto la
epidemia por tierra, mar y aire, etc. Un montón de aspectos de un apocalipsis
zombi que no es habitual que se traten en una obra de ficción, donde todo está más
orientado a la historia, la dramatización y los personajes.
Otro tercer punto que
hace de este libro una novela interesante es la crítica a la sociedad, los
valores, la política y la organización. No
resulta una crítica muy profunda, ni contundente, y muchas veces puede parecer
simplista, pero es una sátira de nuestro mundo puesta en un contexto poco
habitual y muy adecuado para lanzar este tipo de reflexiones. Porque, al
fin y al cabo, no hay nada peor que un
gobierno empeñado en negarlo todo y decir “Todo el mundo tranquilo, no hay
muertos andando por las calles” cuando tienes zombis en tu propio jardín.
Dicho todo esto, añado que, para mi gusto, y siempre desde
mi humilde opinión, Guerra Mundial Z es
un libro francamente original y entretenido. Trata aspectos que no se han
observado en otros sitios, y habla de ellos dando la sensación de haber
investigado y haberse documentado para luego poder pensar: “¿qué pasaría con
tal cosa si hay una plaga zombi?” “¿Cómo reaccionarían los gobiernos?” “¿Y la
población en este o aquel país?”. Antes de empezarlo pensé que el formato de
entrevistas me iba a dar pereza en el sentido de que podía resultar poco
seductor, no introduciéndome lo suficiente en la novela. Esto se suele
conseguir buscando la empatía del lector con los personajes y sus pensamientos
o con una historia trepidante y con ritmo. Sin embargo, después de un par de capítulos, descubrí que no sólo no me había
aburrido o desconectado sino que quería saber más y desde otros puntos de
vista. ¿Qué hicieron los rusos? ¿Y
aquí en España? ¿Y qué pasó en Cuba? ¿Pueden los zombis nadar? Casi
resultaba más entretenido y ameno que una novela tradicional. Y si además te
gusta escribir o hacer comics, o lo que sea, relacionados con los zombis, te da
una base y un conocimiento interesantes, aunque provengan de la inventiva de
otra persona.
Si los zombis te
hacen tilín, no dejes de leer Guerra Mundial Z, ya sea para disfrutarlo o poder
criticar con saña después. Y si tienes tiempo, ojéate Guía de supervivencia
zombi, que aunque sí puede ser un poco más tostón (al fin y al cabo es un
manual), es divertido de leer.
Además, nunca sabes
cuándo lo vas a necesitar. ¿No has oído las últimas noticias?
0 comentarios:
Publicar un comentario