31 de enero de 2013

Crítica: El lado bueno de las cosas, de David O.Russell. Gran adaptación



El éxito que está cosechando esta cinta no es azaroso. Robert De Niro y una gran Jennifer Lawrence copan la pantalla, si lo unimos con un correcto Bradley Cooper, unos secundarios muy bien escogidos y una historia poco convencional, el resultado son premios y más premios.


Muchos sabréis que el libro no me gustó, el personaje es original pero, para mi gusto, Matthew Quick se perdió en su propia idea. Lo que ha hecho, sin embargo, David O. Russell, es mejorarlo, mejorarlo y perfeccionarlo. Aumentando los diálogos, con una carga dramática adecuada y disminuyendo el peso que tiene en el libro los Eagles y el fútbol americano.


Me centro en la película. Bradley interpreta a un treintañero que acaba de salir de un psiquiátrico en el que llevaba ingresado ocho meses. Me ha encantado que desde el primer fotograma haya incorporado el tono de comedia de “su amigo negro Danny”, un perfecto Chris Tucker, tengo que añadir. La relación que tiene Pat con su padre tiene relevancia desde el principio, muchísimo más que en el libro y muchísimo mejor desarrollada. Algo que es de agradecer porque nos permite ver un Robert De Niro admirable.


Pat está obsesionado con recuperar a su mujer Nikki. David O. Russell ha decidido dejarnos claro el motivo por el que le encerraron y por el que posee una orden de alejamiento durante la primera parte de la cinta, con lo cual el espectador tiene todos los datos del personaje y sólo le queda disfrutar. No olvidemos que es una comedia. Nos encontramos situaciones absurdas y diálogos que no serían adecuados si nos atenemos a cualquier norma protocolaria, como la conversación que tienen Tiffany (Jennifer Lawrence) y Pat durante la cena comparando los diferentes medicamentos que han probado.


La trama mantiene un ritmo correcto, es obvio que los personajes te van conquistando. Para mi gusto, David O. Russell ha equilibrado el dramatismo y el romanticismo, bastante complicado de por sí. Hasta llegar a un desenlace que la crítica ha criticado, valga la redundancia, pero que a mí no me ha podido parecer más adecuado. El libro se llama Un final feliz. Le han tachado de caer en un final romanticón, pero es que, oigan, realmente acaban juntos los personajes, la historia es así. Y sales del cine sonriendo, porque para ver miserias nos basta con mirar alrededor. Me crispa que, porque los protagonistas se besen al final, no sean capaces de apreciar la historia en sí misma, porque David O. Russell no ha hecho sino mejorarla.

Los personajes son deslumbrantes. Jenniffer Lawrence no deja de demostrar su gran talento, en un papel complicado como es el de Tiffany. Manifiesta por qué la eligieron a ella en vez de a una chica mayor, que hubiera sido lo suyo. Espero que mantenga el buen gusto en elegir los guiones. No puedo desmerecer a Bradley Cooper, pero es que este chico no me lo puedo tomar en serio. Admito que su actuación es más que correcta, sin embargo está tan bien rodeado que le eclipsan.

Dejando a un lado su calidad interpretativa sus roles son lo opuesto a estereotipos. Colmado de matices, dejan lo simple debajo del colchón para deleitarnos y enriquecer la historia. Ha sido curioso ver bailar a Bradley Cooper y a la señorita Lawrence.


Tengo que añadir que prefiero como se resuelve la trama de Nikki en la película y no el dramatismo desmesurado del libro. Puede ser poco coherente que un tipo inestable y bipolar no se enfade con la persona que le ha estado engañando, pero soy una romántica, prefiero ver eso.

Recomiendo encarecidamente esta película y no solo por Jennifer Lawrence. Es una buena película y una buena comedia.

¡Juzga por ti mismo!

2 comentarios:

  1. Tengo muchas ganas de ver esta peli, a ver cuándo puedo ir al cine! :)
    Gracias por darnos tu opinión ^^

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  2. Espero que te gusté, ya me dirás que te parece. Desde luego merece la pena ir al cine para verla ;D

    Un beso!

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