12 de febrero de 2015

Crítica: Jupiter Ascending, de los hermanos Wachowski. Patochada narrativa visualmente atractiva.

El destino de Jupiter es una broma argumentativa, con varios conceptos interesantes y los medios visuales que poseen los hermanos de Matrix. No han conseguido llenar ni satisfacer con esta nueva propuesta donde el guion es el fallo más garrafal.


Imaginaos, no han sabido ni respetar la trayectoria de Sean Bean y en esta película no ha muerto, ¡no ha muerto! ¡Qué desastre!


Al margen de las etiquetas llamativas que uso calificándola de «broma narrativa», esta película es poco creíble y tiene un esquema tan manido con unos recursos tan usados y previsibles que son casi un insulto. Las motivaciones de los personajes no quedan claros, básicamente hay buenos y malos; y luego un intento fallido de hacer personajes grises que no se lo cree nadie. Los momentos de tensión son predecibles, y es que usan el mismo recurso en infinitas ocasiones. Me estoy refiriendo a ese momento en el que el protagonista parece que no le va a dar tiempo a llegar e impedir el desastre con cuenta atrás incluida pero, evidentemente, llega, ¡en todas y cada una de las situaciones! Y claro, salva a la chica, se salva él y salva el universo.

Se podría decir que la trama da más de sí, mucho más, ya que para dos horas de película nos lo cuenta todo precipitadamente y, por supuesto, en escenas que son solo de exposición. Sí, alguien habla y habla y la chica, en este caso Mila Kunis, lo mira con cara flipada diciendo con voz tonta: «Pero, eso es imposible…» y otras grandes frases procedentes de la carpeta de Tópicos.

Puede que el personaje de Mila Kunis sea el peor. Para haceros una idea, Júpiter es un cruce entre protagonista de un libro juvenil y chica co-protagonista de peli de acción estándar. Ya, sé lo que estáis pensando, por lo menos es guapa. Júpiter es una humana que desconoce el mundo exterior y claro, tienen que venir a descubrírselo enterándose de que es reina, noble, titulada… Bah, una historia simplona que luego no tiene nada que ver con la historia de sus padres, algo que sigo sin entender, la falta de relación.


El personaje de Channing es otro tópico andante. Digamos que lo mejor de su rol, de Caine Wise, son las escenas de acción sin camiseta y los patines propulsores que lleva. Por favor, que inventen eso ya. Por lo demás es un héroe normal y corriente con un intento de pasado turbio que no es tal.

Y si analizamos ya a los malos es para echarse a dormir, porque no hay nada que analizar. Los malos son tres hermanos que controlan parte del universo, aunque nos dejan claro que hay más familias como ellos igual de poderosas. El caso es que ellos cosechan humanos para seguir vivos, un clásico. Lo que no queda muy claro es por qué se odian tanto entre ellos, supongo que estar viviendo juntos miles de años acaba aburriendo. Encima hay que añadirle una exposición nefasta y lineal de cada hermano. Va por fases, primero la hermana que pulula por allí y cuando se cruza con Júpiter le desea lo mejor, fin. Luego el mediano, el morritos Douglas Booth, que parece bueno pero es malo malísimo y solo quiere el poder; y cuando rescatan a Jupiter no vuelve a salir. Y por último Balem, Eddie Redmayne, el único que rezuma algo de talento además de Sean Bean; se le da muy bien hacer de caballero malvado psicópata, pero el enfrentamiento que tiene con Jupiter mientras se desmorona la ciudad tan explosivamente es tan casual y tan forzado que evapora la tensión que podría suscitar.


Por lo tanto lo más destacable de esta película es, adivinad, los efectos especiales. Visualmente es llamativa. Y puedo intuirme que podría merecer la pena verla en 3D ya que he notado reminiscencias de Gravity en varias escenas.


Pero, como suele pasar, aunque el envoltorio, aunque los efectos especiales sean la repanocha si flaqueas, la cagas, metes la pata en el guion, pues te estrellas y eso es lo que ha pasado. Dentro de dos años no nos acordaremos de esta película. Una lástima.

¡Juzga por ti mismo!

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