5 de marzo de 2015

Reseña: algunos mitos de Cthulhu I, H.P. Lovecraft y August Derleth. Pulp-eante

Los relatos de los mitos de Cthulhu son molones, con un lenguaje culto pero fluido. Lovecraft y compañía nos presenta ese maravilloso mundo lleno de batracios y primigenios. Diversión y algunos escalofríos.


Mi primera incursión en Lovecraft ha sido más que satisfactoria. Los relatos de los mitos de Cthulhu son puro entretenimiento, se leen perfectamente, nada que ver con el lenguaje denso que me esperaba, propio de Poe. Lovecraft y August se leen con fluidez, sumergiéndote en la trama, absorbiendo cada relato —muchos escritos en primera persona—, haciéndote pasar un buen rato.

Como hay muchos libros de mitos de Cthulhu, voy a reseñar relato por relato, sin destriparlo.

El supervivente, de H. P. Lovecraft y August Derleth.

El Superviviente o, como lo recuerdo yo, el del anticuario, es un relato con un esquema clásico, escrito en primera persona, donde el protagonista (un anticuario) alquila una casa «embrujada». El estilo es sencillo y la trama lineal. En la mayoría de estos relatos nos encontramos con protagonistas escépticos, hombres de ciencia o instruidos que se muestran suspicaces ante las evidencias extrañas en las que se ven envueltos.

Este es el caso del protagonista, ya que el antiguo inquilino parece tener más años de lo habitual y va descubriendo que no es del todo «humano».

Lo mejor de este relato es la ambientación, cómo está descrito, ese olor de lagarto que impregna la habitación, convirtiéndose en opresivo tanto para el protagonista como para el lector. Pero claro, es predecible, aunque eso no desmerece la lectura.


La Hermandad Negra, de H. P. Lovecraft y August Derleth.

Este relato transcurre en Providence, es de los larguitos y está muy bien estructurado. Nuevamente está escrito en primera persona y comienza poniéndonos en situación con la vida del protagonista, quien tiene una extraña fijación con dar paseos nocturnos. En uno de esos paseos que realiza con Rose, su compañera, se encuentra con alguien muy parecido a Poe. Así que este relato hará las delicias de todos los fanáticos del escritor.

Se repite el escepticismo del protagonista hacia los sucesos extraños, hasta que se hace innegable en un desenlace frenético. Lo mejor de este relato es el grafismo de las descripciones, esas luces violetas, además del trasfondo de la trama en sí, que es interesante con los clones y demás.


El pescador del Cabo del Halcón, de H. P. Lovecraft y August Derleth.

Quizás el que menos me ha gustado. Es que los pescadores y el mar… no es lo mío. Está relatada como una leyenda, eso lo hace peculiar, pero ahí acaba el interés. Al protagonista lo toman por loco. El final resulta predecible y el relato es cortito, con lo cual no hay nada reseñable.


La habitación cerrada, de H. P. Lovecraft y August Derleth.

Seré una boba, pero las historias que se centran en una casa y las descripciones tétricas y decadentes siempre me producen escalofríos, miedito, eso de tener que leerlo de día, no en la cama antes de dormir. Este es un relato de esos. Porque las descripciones son poderosas.

El esquema es lineal, muy parecido al de El superviviente. El protagonista llega a una casa, esta vez es de su abuelo, y comienza a rebuscar y encontrarse cosas raras, que va descubriendo poco a poco. Al principio de manera escéptica y, según avanza, pues se vuelve innegable, como todos.

Lo que más me ha gustado de este relato, y hace que permanezca en mi recuerdo, es que una mínima acción, que lleva a cabo el protagonista al principio de la historia, desemboca en el final. Está todo muy bien hilado, aunque de nuevo es predecible. Es Lovecraft, sabemos que mete monstruitos, y este es el caso.


La lámpara de Alhazred, de H. P. Lovecraft y August Derleth.

La lámpara es uno de mis relatos favoritos. Me encantó, porque nos cuenta una historia con la que podemos sacar similitudes, pero la vuelve original, mística, atractiva. Cómo el protagonista, un escritor de una revista de escándalos y corrector de manuscritos, se va sintiendo cada vez más atraído por la lámpara hasta que llega su misterioso final.

Lo que más me ha gustado de este relato es cómo mezcla pasajes gráficos, bien descritos, con otros más oníricos y místicos; además de la evolución real que tiene el protagonista. Lo recomiendo mil veces.


 Próximamente reseñare más relatos. El resto de esta tanda están en la revista pulp Ánima Barda, que se sienten como en casa.


Es obvio que recomiendo leer a Lovecraft, perder ese miedo. El lenguaje no es denso, por lo menos estos relatos, se lee muy fácil y es perfecto (como cualquier libro de relatos) para leerlo entrelecturas, os guste el terror o no. Porque terror tampoco es, es suspense, ficción, cosas raras. Cosas molonas con tentáculos.
¡Juzga por ti mismo!

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