25 de marzo de 2015

Reseña: Los mitos de Cthulhu, de HP Lovecraft y otros. Introducción.

Zambullida en los mitos de Lovecraft, hoy os traigo la reseña de los relatos introductorios, de los que dicen que inspiraron al de Providence, relatos difíciles de clasificar porque andan entre el romanticismo, lo gótico y el terror más moderno al que dieron pie.


Esto relatos, o cuentos, tienen poco que ver con los que leí de Derleth y Lovecraft, pero en algunos se aprecia ese estilo, esa tendencia que hizo suya Howard Phillips.

Días de ocio en el país del Yann, de Lord Dunsany.

Intentándolo juzgar al margen de su reputación, como un mero relato, pues... no me ha gustado. Me parece un poco aburrido. Días de ocio en el país del Yann no termina de explotar, por así decirlo. Es un relato de un viaje, y de lo que ve el protagonista, lo que visita, las maravillosas ciudades, paisajes y costumbres. Claro, si no decimos que está muy bien escrito y que es atmosférico, se puede decir que no pasa nada en el relato, que solo viajan. En fin, a pesar de estar escrito en primera persona se nota que este relato bebe del romanticismo, las estructuras son muy cuidadas y el lenguaje es muy rico. La calidad es innegable, pero… es aburrido, es larguito y además se hace largo.


Un habitante de Carcosa, de Ambrose Bierce.

Este relato es otra historia, no tiene nada que ver con el anterior. Este me ha encantado. Consigue el equilibrio perfecto entre el lenguaje poético, embriagador, y el ligero. Además el relato te engancha desde el principio por el aura de misterio que tiene.

Está también escrito en primera persona, lo que aumenta la empatía, pero las descripciones no se resienten: son ricas, graficas, atmosféricas. Señalé esta, me encantó:
«Aquí y allá, algunos árboles secos parecían ser los jefes de esta malévola confabulación de silencio y espera».

Y es que el protagonista está, aparentemente, perdido en mitad del bosque. La extensión es corta. Además tiene sorpresa al final, y aunque me resultó predecible me gustó mucho cómo lo resuelve. Lo recomiendo, ha hecho que me interese más por Bierce (eso es lo que consigue un buen relato).


El signo amarillo, de Robert W. Chambers.

Creo que todo el mundo debe leer este relato si no lo ha hecho ya. No vengo a descubrir nada a nadie (salvo para los que no le conozcan). En fin, lo que más me gusta de este relato es la figura tan clásica que plantea del artista… Se nota que el autor vivió en París y que se impregnó de ese ambiente de fin de siglo tan bohemio. Lo mejor es que ha sabido retratarlo —nunca mejor dicho— en el cuento.

El protagonista es un pintor, en pocas páginas estás inmerso en su historia, en su mundo, en los inconvenientes de su lío con la modelo… Es de los pocos relatos clásicos donde encuentras amor, amor de verdad, no fraternal, y no desmerece el resto de la trama.


Porque el resto de la historia, el misterio, lo atmosférico y lo escalofriante es que hay un hombre raro en la plaza que se encuentra bajo el estudio. Combina sueños con la realidad y no sabes cómo va acabar todo. Leedlo.

¡Juzga por ti mismo!

1 comentario:

  1. Hace unos años que leí esa antología y suscribo tus palabras.
    Personalmente opino que, aparte de los relatos Lovecraft, son pocos los relatos dignos de mención de ese libro; y "El signo amarillo" es uno de ellos.

    Si te gustan este tipo de relatos te invito a que visites mi blog http://textosentretinieblas.blogspot.com.es/ y pongas especial atención al relato "La torre de marfil" y/o al primer capitulo de "Tiempos Funestos", mi segunda obra publicada en amazon.

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