15 de febrero de 2017

Crítica: Elle, de Paul Verhoeven.


Una película compleja de la que la «crítica» parece haber visto solo los diez primeros minutos de metraje.


La primera escena es una violación. Gráfica y violenta. Pero solo es la punta del iceberg, no todo es lo que parece, y muchas frases hechas más. Al contrario de lo que he leído por ahí, contaminándome, esta no es una historia de una mujer que «supera» a su manera una violación. Michèle es una psicópata, o al menos se juega con esa idea toda la película, aportando más matices conforme avanza. Así que no, no va de una mujer violada.

Y de qué va. De la vida de Michèle. Ella tiene una empresa de videojuegos, está divorciada, tiene un hijo que la hace «abuela», una madre que quiere casarse con un jovencito… y, bueno, es hija de un asesino en serie que está en la cárcel. No es una mujer convencional, y desde luego sus relaciones personales tampoco lo son.

Lo mejor de esta película es que Elle es una incógnita. No podemos leerla, no sabemos qué es lo que pasa por su cabeza, es enigmática, críptica y funciona diferente al resto, de ahí lo de psicópata. Tiene una mirada impenetrable, fría… Isabelle Huppert es todo un acierto, aportando matices sutiles a un personaje que, en otras manos, hubiera sido más gráfico, más lineal.


Paul Verhoeven sigue su propia estela de Instinto Básico, adaptando esta novela (Oh, de Philippe Djian) magistralmente. Haciendo del suspense Su herramienta. A ver, no os voy a engañar, no es una película para todos los paladares. Si no te dejas imbuir te aburrirás seguro, se te hará lenta. Pero si te dejas llevar… ya es otra cosa. Verhoeven usa el suspense, sí, pero también el sexo, sin recrearse demasiado, logrando un equilibrio.

Cuidado porque puedes desechar esta película injustamente, puedes hacer caso a lo que lees por ahí y pensar: «estoy harta de personajes femeninos sometidos, sexualizados». Michèle no es eso. Insisto, las apariencias engañan siempre. Ella tiene el control y su engranaje psicológico es complejo, ya os he dicho que no es convencional.

A elle le gusta el sexo, mantiene una aventura, tiene un imán sexual, tiene una relación «especial» con su socia y amiga… En fin, es un personaje muy sexual, nos lo presentan desde el inicio. Y aquí puede ir la primera malinterpretación de toda la historia, se puede pensar que ella reacciona de manera diferente a la «violación» porque es muy activa. Falso.


Según avanza la trama, nos deja pistas de que se relaciona de manera diferente con la gente. Tenemos dudas de su cordura, porque ella fue aparente cómplice de su padre, que mató a muchos niños, y la frialdad con la que lo cuenta es compleja. El caso es que desde el minuto uno sabemos que tiene una relación extraña con su «violador», ella juega y mantiene una «relación» con él, aun conociendo su identidad. Se aficiona a esas violaciones «consentidas», duras y violentas.

Y aquí es cuando se puede pensar: «genial, otra película que fomenta la cultura de la violación, que hay mujeres que disfrutan de ello, así que, machos, seguid tomando lo que creéis que os pertenece». Y no. No es erótico, todo tiene un halo tóxico, y sabemos, insisto, que ella no está plenamente bien de la cabeza.

Lo que más me saca de la película es el «humor» que han metido, tan absurdo como poco necesario. De la mano del hijo de la protagonista, padre de un niño negro que claramente no es suyo, pero que nadie —por eso de ser políticamente correcto— es capaz de hacérselo notar (salvo su madre, que lo ve tan absurdo como el espectador) porque está enamorado. 


Otro aspecto en el que se han esforzado demasiado poco es en la faceta profesional de ella. Michèle tiene un estudio de videojuegos, y durante la película están ultimando el lanzamiento de uno. Pues bien, es un ejemplo de cómo se creen «los adultos» que funcionan los videojuegos. Con un poquito de documentación hubieran solucionado problemas que a la vista de alguien familiarizado son absurdos. Un ejemplo: uno de los técnicos parece que está probando la movilidad del personaje (porque solo está caminando) y ella llega y le dice algo así: No, fulanito, recuerda que este personaje tiene que coger a no sé quién dramáticamente, que ese es el final. Y claro nos quedamos todos… ¿por qué le dices eso si solo está probando que el personaje se puto mueve bien?

Me parece bien que reflejen que dos mujeres puedan llevar un estudio de videojuegos, eso no rechina, es perfecto. Pero los tecnicismos y el funcionamiento en general, joder, documentación. En la oficina hay un póster de Last of Us, ¿qué desarrolladora va a tener colgado un póster de un juego que no han creado ellos? En fin…

Para concluir, la película te mantiene en un continuo y sutil suspense. No sabes cómo va a explotar, pero reconoces que lo va a hacer, que se acerca el clímax. Y una pregunta, con un poco de spoiler, que os dejo: si ella no ha tenido nada que ver con la matanza de su padre, ¿por qué se suicida este cuando se entera de que ella le va a visitar?

Lo que más me gusta de estas películas son las incógnitas que te deja, libres a la interpretación. Son interesantes por lo que se han dejado sin mostrar más que por lo que muestran.

¡Juzga por ti mismo!

1 comentario:

  1. Hola! Oye, la verdad es que no conocía esta película, pero tal y como la has contado, se me han puesto los dientes largos.
    No cabe duda de que es una trama particular, pero si te digo la verdad, últimamente voy en busca de cosas diferentes a las que el cine y la literatura me tienen acostumbrada, así que me la apunto.
    Me ha gustado mucho la reseña.
    Saludos!

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