Reseña: Los mitos de Cthulhu, de HP Lovecraft y otros. Introducción.
Zambullida en los
mitos de Lovecraft, hoy os traigo la reseña de los relatos introductorios, de
los que dicen que inspiraron al de Providence, relatos difíciles de clasificar
porque andan entre el romanticismo, lo gótico y el terror más moderno al que
dieron pie.
Esto relatos, o
cuentos, tienen poco que ver con los que leí de Derleth y Lovecraft, pero en
algunos se aprecia ese estilo, esa tendencia que hizo suya Howard Phillips.
Días de ocio en
el país del Yann, de Lord Dunsany.
Intentándolo juzgar al margen de su
reputación, como un mero relato, pues... no me ha gustado. Me parece un poco
aburrido. Días de ocio en el país del Yann no termina de explotar, por así
decirlo. Es un relato de un viaje, y de lo que ve el protagonista, lo que
visita, las maravillosas ciudades, paisajes y costumbres. Claro, si no decimos
que está muy bien escrito y que es atmosférico, se puede decir que no pasa nada
en el relato, que solo viajan. En fin, a pesar de estar escrito en primera
persona se nota que este relato bebe del romanticismo, las estructuras son muy
cuidadas y el lenguaje es muy rico. La calidad es innegable, pero… es aburrido,
es larguito y además se hace largo.
Un habitante de Carcosa, de Ambrose
Bierce.
Este relato es otra historia, no tiene
nada que ver con el anterior. Este me ha encantado. Consigue el equilibrio
perfecto entre el lenguaje poético, embriagador, y el ligero. Además el relato
te engancha desde el principio por el aura de misterio que tiene.
Está también escrito en primera persona,
lo que aumenta la empatía, pero las descripciones no se resienten: son ricas,
graficas, atmosféricas. Señalé esta, me encantó:
«Aquí y allá, algunos árboles secos
parecían ser los jefes de esta malévola confabulación de silencio y espera».
Y es que el protagonista está,
aparentemente, perdido en mitad del bosque. La extensión es corta. Además tiene
sorpresa al final, y aunque me resultó predecible me gustó mucho cómo lo
resuelve. Lo recomiendo, ha hecho que me interese más por Bierce (eso es
lo que consigue un buen relato).
El signo amarillo, de Robert W. Chambers.
Creo que todo el mundo debe leer este
relato si no lo ha hecho ya. No vengo a descubrir nada a nadie (salvo para los
que no le conozcan). En fin, lo que más me gusta de este relato es la figura
tan clásica que plantea del artista… Se nota que el autor vivió en París y que
se impregnó de ese ambiente de fin de siglo tan bohemio. Lo mejor es que ha
sabido retratarlo —nunca mejor dicho— en el cuento.
El protagonista es un pintor, en pocas
páginas estás inmerso en su historia, en su mundo, en los inconvenientes de su
lío con la modelo… Es de los pocos relatos clásicos donde encuentras amor, amor
de verdad, no fraternal, y no desmerece el resto de la trama.
Porque el resto de la historia, el misterio,
lo atmosférico y lo escalofriante es que hay un hombre raro en la plaza que se
encuentra bajo el estudio. Combina sueños con la realidad y no sabes cómo va
acabar todo. Leedlo.
¡Juzga por ti mismo!
Hace unos años que leí esa antología y suscribo tus palabras.
ResponderEliminarPersonalmente opino que, aparte de los relatos Lovecraft, son pocos los relatos dignos de mención de ese libro; y "El signo amarillo" es uno de ellos.
Si te gustan este tipo de relatos te invito a que visites mi blog http://textosentretinieblas.blogspot.com.es/ y pongas especial atención al relato "La torre de marfil" y/o al primer capitulo de "Tiempos Funestos", mi segunda obra publicada en amazon.